El pasado viernes, el Ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se reunió con el Comisario Dacian Ciolos. En la rueda de prensa conjunta tras la reunión, el ministro explicó como España está analizando las propuestas aunque considera que antes de un acuerdo definitivo sobre la estructura final de la PAC hay que conocer los importes presupuestarios con que queremos financiar los objetivos políticos. Pero, ha explicado Arias Cañete, “en el Parlamento Europeo ya ha arrancado un debate muy concreto sobre los distintos reglamentos comunitarios”. En este sentido, el ministro ha recordado como el ministerio ha convocado a las CCAA y a las Organizaciones Agrarias, a pactar en común, “no ya una posición sobre líneas generales sino un posicionamiento sobre cada punto concreto de los reglamentos comunitarios”.
El ministro ha explicado que se han detectado puntos preocupantes de la propuesta de reforma. “Uno es el número de hectáreas elegibles en el nuevo sistema de ayudas, tanto de ayuda de base como las ayudas vinculadas al reverdecimiento de la PAC que, en el caso de España, puede plantear un enorme problema”. Otro, ha explicado Arias Cañete, “es la diversidad de las características productivas del sector agrario y ganadero español, que hace muy difícil homogeneizar ayudas y exige una enorme flexibilidad para aplicar la PAC en el territorio español cuando se fije el modelo definitivo”. “Con los mecanismos actuales que existen en los reglamentos, no disponemos de flexibilidad suficiente para aplicar una PAC que mantenga las ayudas a nuestro sector agrario”, ha añadido.
Arias Cañete ha descrito la dependencia del sector de las ayudas comunitarias. “La media que suponen las ayudas agrarias en la Renta Bruta Agraria es de casi el 27%. Pero si deducimos de la Renta Bruta Agraria las frutas y hortalizas, que no perciben pagos directos y tienen unos sistemas de apoyo muy limitados, la media es muy superior al 40-45 por ciento en muchos cultivos”, ha sentenciado. “Si hubiera una fuerte redistribución por motivo de ampliación de hectáreas o por motivo de una redistribución regional compleja, habría muchos sectores que no serían económicamente rentables y podría producir abandono de cultivos y pérdida de la actividad agraria”, ha subrayado Arias Cañete.
Por último, el ministro ha señalado dos aspectos de la reforma que no están suficientemente desarrollados: la mejora de la posición de los agricultores en la cadena agroalimentaria y los mecanismos de regulación de mercado.
Sobre el primero de ellos, el ministro ha explicado que hay que dar muchos más pasos hacia adelante para “incorporar propuestas que permitan la concentración de oferta, mayor peso de los agricultores en la participación del valor añadido de la cadena, y eso puede llegar incluso a proponer modificaciones de las reglas de competencia similares a las que con acierto ha promovido el Comisario Ciolos para el sector lácteo, que es un modelo que creemos que se puede seguir en muchos más sectores de la cadena alimentaria”.
Sobre el segundo, los mecanismos de regulación de mercado, Arias Cañete ha pedido que sean “más ágiles, más eficaces, basados en parámetros objetivos de manera que se desencadenen automáticamente en caso de crisis, que se puedan objetivar y, que la Comisión Europea y los fondos europeos, junto con las políticas nacionales y autonómicas de acompañamiento, le puedan dar respuesta”.
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