Ramos ha recabado el apoyo de sus colegas europeos y les ha pedido “máxima implicación” en el rechazo a este tipo de acuerdos, porque “todos los agricultores y los consumidores europeos nos veremos gravemente afectados”.
El secretario general de UPA ha defendido que el acuerdo con Marruecos es “una vuelta de tuerca más al proceso de liberalización en el sector primario que ha emprendido la Unión Europea en la última década”. El dirigente sindical afirma que Europa, con estos acuerdos, está colaborando en un proceso de “deslocalización de la producción”, al refrendar a países donde el coste de la mano de obra y de la tierra es mucho menor, las normas sanitarias son menos exigentes, los derechos laborales menos avanzados, los sistemas de trazabilidad más pobres y el reparto de la tierra menos igualitario.
“Después de Marruecos, llegarán acuerdos con los países del Mercosur, India, Canadá y Ucrania que influirán en distinta medida a diferentes producciones, por lo que este proceso afectará a todos los países de la Unión Europea y exigimos que el Parlamento Europeo se posiciones del lado de los europeos, a quienes representa”. Lorenzo Ramos ha declarado en el COPA que “debemos tener claro quiénes se beneficiarán y quiénes saldrán perjudicados de estos acuerdos. De momento los productores españoles de frutas y hortalizas hemos recibido un duro golpe”.
En este caso, el COPA se ha posicionado al lado de los agricultores españoles, reconociendo que este es un acuerdo injusto que beneficiará a unas pocas empresas de capital franco-marroquí y que no supondrá un impulso, como creen algunos, del desarrollo sostenible e igualitario del pueblo marroquí. El acuerdo con Marruecos ignora, a juicio de UPA, cuestiones como la falta de derechos laborales que se da en el país o las condiciones sanitarias de los cultivos, entre otras.
“Principios tan básicos como el de reciprocidad y las garantías sociales, territoriales y de derechos humanos han sido obviados por los Estados Miembros y por la Comisión y el Parlamento Europeos”. Esto es, en opinión de Ramos, “incomprensible”.
El sistema agroalimentario europeo ha alcanzado, en las últimas décadas, los máximos niveles de calidad, seguridad, transparencia y universalidad de acceso. UPA advierte de que los procesos de liberalización de comercio de productos agrarios, como el aprobado ayer con Marruecos, pueden “herir de gravedad” la cadena agroalimentaria de todos los países de la Unión.
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