Investigadores del Centro John Innes han encontrado la forma de poder producir a escala industrial, ciertas sustancias beneficiosas para la salud, usando tomates. Las sustancias son fenilpropanoides como el Resveratrol, que es un compuesto encontrado en el vino que alarga la vida y el Genistein, que es una sustancia encontrada en la soja, que juega un papel importante en la prevención de cánceres de mama.
Los investigadores han comprobado que un tomate podría producir la misma cantidad de Resveratrol que el que existe en 50 botellas de vino y la misma cantidad de Genistein que lo encontrado en 2,5 kg de tofu.
Los científicos Dr Yang Zhang y Dr Eugenio Butelli han comprobado que la proteína AtMYB12, que se encuentra en Arabidopsis thaliana, activa un amplio conjunto de genes involucrados en las rutas metabólicas responsables de producir compuestos naturales . Actúa como una especie de grifo que puede aumentar o reducir la producción de compuestos naturales, dependiendo de cuanta proteína esté presente.
Al introducir la proteína en la planta de tomate, se incrementa la capacidad de la planta para producir compuestos naturales y se influye en la cantidad de energía y carbono que la planta dedica ala producción de estos compuestos naturales. Introduciendo en tomates la proteína y los genes de plantas que codifican enzimas específicas para fabricar Resveratrol y Genistein en legumbres, se obtienen unas solanáceas que producen 80 mg de compuestos naturales por gramo de tomate seco, demostrando que la producción a escala industrial es posible.




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