Todos los años, los suizos tienen varios referéndums al año, en los que son llamados a votar sobre diferentes temas, que pueden ser iniciativas populares o iniciativas del gobierno que suponen un cambio en la Constitución. La última votación fue el pasado domingo, 25 de septiembre, en el que uno de los temas que se votó fue sobre la prohibición de las granjas industriales y la inclusión de la dignidad de los animales en la constitución.
Casi el 63% de los suizos rechazó la iniciativa que pedía la prohibición de la ganadería intensiva. La mayoría de los ciudadanos consideró que la legislación actual ya es lo suficientemente estricta.
La iniciativa de prohibir las granjas industriales se presentó el 17 de septiembre de 2019, tras haber conseguido 106.125 firmas. Es necesario superar las 100.000 para que la iniciativa vaya a referéndum.
La iniciativa recogía que en un plazo máximo de 25 años, todas las explotaciones ganaderas suizas deberían cumplir con las directrices Bio-Suisse que funcionan en Suiza desde 2018. En consecuencia, supondría, entre otras cuestiones, que las explotaciones solo podrían superar las 2.000 gallinas ponedoras, las vacas no podrían estar atadas, y los cerdos de engorde precisarían 1,3 m2 por animal (esta cifra sería de 1,65 m2/animal en el caso de producción ecológica). Además, todas estas medidas deberían aplicarse también a las importaciones.
En mi humilde opinión, creo que como en todas las cosas que hay problemas, las soluciones no están en posturas radicales, cerrar total mente las granjas, o dejar que crezcan sin ninguna limitación los que puedan y los pequeños que ya no pueden seguir que se arruinen. Las macrogranjas está el problema que biológicamente al haber una concentración mayor de animales es más difícil un control de epidemias, y aunque salga más rentable su producción, es un modelo que excuye a los que no han crecido.por lo que no da estabilidad al sector en general, no puede hacer felices a quienes trabajan en el mismo, además que esos beneficios que genera de más, no son para el conjunto de los que tienen el conocimiento en esos trabajos, es para los que tienen el capital y no han pegado nunca golpe para producir esos productos. Está clarísimo que debe haber limitaciones en el número de animales de una explotación y sobretodo cuando se apoyan con subvención a la producción.