COAG ha elaborado una nota aclaratoria sobre las informaciones que se han publicado en algunos medios sobre el impacto que la crisis con Argelia está teniendo en el sector ganadero. Según la organización, no se ha producido ningún cambio brusco en la situación comercial del sector ganadero español con Argelia.
Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones de carne de vacuno, y de vacuno vivo a Argelia, ya llevaban detenidas varios meses antes del anuncio sobre el cambio de postura del Gobierno español respecto al Sáhara. Concretamente, el último barco con vacuno vivo con destino Argelia zarpó del puerto de Cartagena en noviembre de 2021 y, desde entonces, no han vuelto a exportarse animales vivos no por el conflicto diplomático entre Argelia y España, sino porque los operadores argelinos demandan animales con una conformación exigente que los ganaderos y ganaderas españoles pueden ofrecer pero a precios que los argelinos no están dispuestos a pagar por considerarlos elevados, se recoge en la nota de COAG.
Y, en el caso de la carne de vacuno, el parón en las exportaciones se dio todavía antes que en el caso de los animales vivos, puesto que el último mes en el que se vendió carne bovina a Argelia fue mayo de 2021: hace ya más de un año.
En cuanto a la carne de ovino y el ovino vivo, en COAG creen que ni siquiera sería correcto hablar de un parón en las exportaciones puesto que nunca se ha exportado ovino vivo a Argelia desde puertos españoles y, en el caso de la carne, no se exporta nada desde el año 2017 (y las cantidades exportadas hasta entonces eran prácticamente insignificantes en términos de volumen).
Como curiosidad, sí que hubo 3 envíos puntuales de caprino vivo con destino Argelia en 2021 (en abril, junio y septiembre) pero, de nuevo, en cantidades nada significativas en términos de volumen para nuestra balanza comercial.
Desde enero, ahora la carne de vacuno se la compran a los franceses, todo gracias a este gran gestor de problemas que tenemos en La Moncloa.
Es un problema contínuo. Con dinero (de otros), se compra todo lo relacionado con la propaganda en los medios de comunicación, que luego se traduce en votos.