Si el lobo comiera nóminas de políticos y ecologistas el problema se solucionaría en 48 horas. Así de contundente y humano es la opinión que nos trasladó un ganadero días atrás a nuestra organización agraria, desesperado ya por la situación de ruina que sufre tras incontables ataques de lobos contra su patrimonio personal, es decir contra sus animales.
Viene a cuento esta reflexión para desemanscarar a todos aquellos pseudonaturalistas que siguen haciendo de las suyas utilizando los periódicos, emisoras de radio y televisiones para cargar una y otra vez contra las víctimas. ¡El mundo al revés!.
Para justificar que no urge un plan de gestión y control del lobo, no solo demuestran un absoluto desconocimiento sobre el manejo de la ganadería extensiva, sino que son atrevidos incluso hasta para negar las cifras oficiales de las administraciones sobre la abundancia de lobos en Castilla y León. Además muchos de ellos utilizan toda su rabia e ira contra los productores, que según ellos compran ganado y lo dejan suelto en el campo para cobrar subvenciones.
Leer, ver y escuchar para creer. Estos señores y señoras que dicen ser defensores del medio natural y que de vez en cuando montan su numerito particular por las calles más céntricas de Madrid capital disfrazándose de defensores de la patria animal ante los medios de comunicación, siguen utilizando las plataformas públicas para exigir mano dura contra los ganaderos, contra quienes viven los 365 días y noches al año en los pueblos, según ellos contra los irracionales hombres y mujeres rurales que tienen a bien vivir de la ganadería.
A estas personas tan sensibles con determinadas especies, que no con otras como terneros, corderos, cabritos o perros, sin embargo poco les preocupa la supervivencia de las personas que habitan lugares despoblados y remotos en zonas especialmente desfavorecidas. ¡No! Eso, es secundario para ellos.
¡No tienen ni idea de lo duro de una actividad como la ganadera!. ¡No saben que son las lágrimas de quienes se acercan a su explotación a muy tempranas horas de la mañana y comprueban la matanza del lobo, y las consecuencias de un atentado más contra su economía, y por lo tanto contra su familia y sus bienes!. ¡No conocen la desesperación de quienes sufren en primera persona las lobadas!. A la par que no quieren conocer esta realidad de lo que pasa en el campo demuestran muchas dosis de ignorancia y mala fe.
UPA siempre lo ha dicho de forma muy clara y nítida. No estamos en contra del lobo ni creemos que deba desaparecer, pero existe la obligación de gestionarlo, y hay que hacerlo de forma coherente y responsable, y desde luego no de forma descontrolada, como está ocurriendo actualmente.
Ya lo decía el mayor y más grande representante de los naturalistas españoles de todos los tiempos, Félix Rodríguez de la Fuente . “El lobo que esté donde pueda y donde deba estar”. Y también de forma irónica recientemente el periodista Luis Miguel de Dios, Premio de la Fundación de Estudios Rurales 2018: “No cacen ni controlen el lobo. Cómprenle un todoterreno para que se pasee por las sierras, ofrézcanle su casa, obséquienle con unas chuletillas de lechazo, leánle (al revés) los cuentos de Caperucita y de Los Tres Cerditos, y disfruten de su compañía. Aprovechen la ocasión porque dicen que estos animalitos (los lobos) están en retroceso…”
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