La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) considera que la propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC) presentada hoy en Bruselas perpetuará la ya tradicional discriminación de la agricultura mediterránea frente a la continental. Para el presidente de esta organización agraria, Cristóbal Aguado, “las buenas intenciones iniciales del comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, han vuelto a chocar con la resistencia de las viejas estructuras de poder en Europa” por lo que advierte que en el periodo de debate que ahora se abre entre los Estados miembros así como en el Parlamento Europeo –que por primera vez tendrá que ratificar un reforma de esta índole- “vamos a presentar batalla en todos los frentes que afecten al campo valenciano”.
La discriminación presupuestaria del sector hortofrutícola y vinícola hace más grave si cabe la ausencia en la propuesta de una mayor concreción en las iniciativas que se anunciaron para corregir los desequilibrios que dominan la cadena agroalimentaria, contra los que el agricultor mediterráneo se encuentra desamparado, con precios ruinosos y casi sin ayudas. En este sentido, el esfuerzo realizado estos años por la propia CE, que elaboró una comunicación criticando los “abusos” en el mercado alimentario, por el Comité Económico y Social Europeo (CESE), que emitió un dictamen en esta misma línea en el que colaboró la propia AVA-ASAJA o el pronunciamiento del Parlamento Europeo, que reclamó “precios justos para los agricultores”, contrasta con la vaguedad con la que Bruselas ha enunciado ahora los posibles instrumentos de la PAC para corregir tales distorsiones. Aguado subraya a este respecto que “las medidas para afianzar al eslabón más débil de la cadena debían de haber sido un punto básico de la reforma, más importante incluso que las propias ayudas porque nuestra agricultura está volcada al mercado, pero no ha sido así y sinceramente creo que estas cuestiones deben de aclararse y resolverse cuanto antes”.
Otro de los aspectos novedosos incluidos en la propuesta es el llamado “pago verde”, una fórmula con la que se pretende fomentar las prácticas agronómicas respetuosas o potenciadoras de los beneficios medioambientales. La importancia de tal concepto es tal que la reforma le asigna hasta un 30% del presupuesto comunitario asignado a cada Estado miembro. Sin embargo y sorprendentemente, algunas prácticas agronómicas muy arraigadas en la Comunitat, como el riego por goteo o funciones como la labor de absorción de CO2 por parte de los cítricos y de los frutales en general –que retienen más carbono contaminante por hectárea que cualquier otro cultivo de secano o incluso cualquier bosque- no han sido consideradas. El presidente de AVA-ASAJA considera “injusto e incomprensible que tales usos, que repercuten directamente en favor del medio ambiente y por tanto, de toda la sociedad, no hayan sido ya reconocidas expresamente como una forma más para el pago verde”.
Con todo, Aguado reconoce el esfuerzo que han venido realizando el comisario Ciolos y su equipo “para disponer del mejor presupuesto posible para la agricultura comunitaria en una época de recortes generalizados” y de igual forma valora los cambios introducidos para potenciar la incorporación de jóvenes agricultores.
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