5 de febrero de 2009. UPA-SEGOVIA denuncia la insoportable presión que están sufriendo los ganaderos de la zona de la Sierra de Guadarrama en su vertiente segoviana y municipios aledaños, con el continuo ataque de lobos en sus explotaciones.

Estamos ante lobadas que en algún caso incluso se han producido prácticamente en el casco urbano de los pueblos, y que están sufriendo casi semanalmente los ganaderos de la zona.

Se da la circunstancia de que uno de los ganaderos más afectados es el titular de la explotación ecológica `Braman´, que ha sufrido un nuevo ataque días atrás, y que se suma a los cuatro anteriores que ha padecido en los últimos meses, con pérdidas muy superiores a los 6.000 euros.

UPA-SEGOVIA recuerda la absoluta indefensión en la que se encuentran actualmente los ganaderos, que no solo pierden sus reses sino que además no perciben indemnización alguna, ya que la Administración regional no se hace responsable, a pesar de que la pervivencia de estos animales salvajes está respaldada y avalada por la propia Consejería de Medio Ambiente.

UPA-SEGOVIA recuerda a la Junta de Castilla y León que es ella la que debe indemnizar directamente los daños que provoca el lobo, tanto en muertes como en lucro cesante por la falta de producción cuando los animales se quedan malheridos o abortan.

Nuestra organización agraria recuerda que ante la pasividad del Gobierno regional por estos últimos ataques, los ganaderos van a emprender a título individual demandas de responsabilidad civil contra la Junta de Castilla y León.

UPA-SEGOVIA apunta que como organización agraria nunca va a aceptar un seguro que no pueden asumir los ganaderos. Además pedimos que de una vez por todas se escuchen los derechos de los profesionales del sector, que en ningún caso deben ser quienes mantengan alimentados a los lobos con sus reses salvo compensaciones directas.

Finalmente nuestra organización considera paradójico que se inviertan por parte del Gobierno regional y del central 1,5 millones de euros en el Museo Etnográfico del Lobo en Sanabria, y sin embargo dejen abandonados a los ganaderos, negándose a cubrir los daños que ocasionan estos animales salvajes en sus explotaciones.