La Ganadería europea, especialmente la española y por tanto la andaluza, está atravesando la crisis más profunda desde nuestro ingreso en la CEE y curiosamente, sea cuando, posiblemente, contamos con las estructuras productivas, transformadoras y comerciales mejor preparadas que nunca. No obstante, algo fuerte está pasando para que esto ocurra.
Empezaremos por detallar la gran cantidad de Normativa que deben cumplir las explotaciones ganaderas y que afectan a los costes productivos (Sanidad Animal, Condicionalidad, Identificación, Trazabilidad, Retirada de Cadáveres, Label de Calidad, Autocontroles y otros tantos etcéteras que todos conocemos). Además, existen los problemas propios de cualquier actividad (costes de piensos, escasez de mano de obra cualificada, tamaño, estructuras, sociales, fiscales, canales comerciales…). Los primeros van encaminados a garantizar la Seguridad Alimentaria a una sociedad europea bombardeada con crisis alimentarias televisadas, que nos han convertido con la ayuda de nuestros políticos en verdaderos hipocondríacos dispuestos a asumir cualquier coste que tienda a conseguir el Riesgo Cero, lo cual no existe, ni existirá nunca.
He aquí algunas de las preguntas más repetidas en el mundo agrario: ¿Porqué a los productores de los países terceros de los que importamos carne no se les exige la misma normativa?, ¿tanto aporta a la Seguridad Alimentaria tal cantidad de Normativa, elaborada en los despachos europeos, y que en su mayor parte no se puede cumplir?, si es así, ¿porqué, si es tan absolutamente necesaria, no se exige a los países terceros? y, lo que es más… ¿está dispuesto el consumidor a soportar sus costes? Claro que estas preguntas no son políticamente correctas, ya que como se ha dicho en algún foro, hay que ayudar a los países emergentes. Eso sí, a costa de desmantelar los sistemas productivos Europeos. Estas mismas cuestiones se pueden plantear en la mayoría de los sectores de transformación. No existe reciprocidad.
La Comercialización, a pesar de haber avanzado mucho, quizás sea el punto más débil, ya que las empresas de Distribución -totalmente concentradas y apoyadas por las políticas económicas de todos los gobiernos, e incluso por los consumidores y la sociedad en general, cuyo único objetivo es tener alimentos “saludables”, “de calidad” y sobre todo “baratos”, “muy baratos”- han ganado la partida a costa de la ruina de los productores. Pero la gran pregunta es: ¿Hasta cuándo?
La sociedad europea piensa que no debe de existir una Agricultura y Ganadería subsidiadas, que se debería desmantelar la PAC y que debería ser el Mercado quien regule las producciones. Pues bien, será el Mercado quien haga desaparecer miles de explotaciones, el que importe carnes con pocas garantías sanitarias, el que posibilite que dependamos de otros y suban los precios de los alimentos, el IPC, y que, como estamos viendo con los cereales, el pan, la leche, el pollo, al final la culpa recaiga también en los productores, siguiendo, sin embargo, los grandes “expertos de BRUSELAS” sentados en sus sillones.
Pero será esta misma sociedad europea la que algún día le pida explicaciones a estos burócratas de porqué, entre otras muchas cosas, dedican 1.600 millones de € detraídos de la PAC 2007, al proyecto GALILEO, o puede que no, y nos convenzan de que deberemos alimentarnos de las estrellas.
De carroñeros a depredadores
Una de las cuestiones que más están pesando sobre la ganadería extensiva es la medioambiental, y, como se puede apreciar en la fotografía que acompaña este artículo, parece darse una perfecta convivencia entre los cerdos ibéricos y los buitres negros y leonados…Nada más lejos de la realidad. El equilibrio lo hemos roto. La obligatoriedad de la retirada de todos los cadáveres de animales de nuestros extensos campos, aparte del coste económico y sanitario que estamos soportando, está provocando que la fauna silvestre se quede sin su fuente natural de alimento y conlleve un cambio de hábitos, ya que como se puede apreciar en otras fotos, estos buitres carroñeros han cambiado su comportamiento, convirtiéndose en auténticos depredadores, aprendiendo a cazar cerdos ibéricos, ovejas, cabras, terneros recién nacidos y, en definitiva, todo lo que se mueve en nuestras dehesas. Nadie nos negará que no estamos haciendo una ganadería sostenible compatible con el Medio Ambiente, si no, que se lo pregunten al dueño de los 100 cerdos que se han comido estos buitres.
No obstante siempre queda un poco de ilusión y me refiero al famoso y tan leído Informe Sarkozy, quizás sea lo único coherente que hayamos leído los agricultores y ganaderos europeos en muchos años, y nuestra única esperanza será que nuestros políticos, sean del signo que sean, pongan un poco de sentido común y sean coherentes con vistas al futuro y eviten llevar a cabo las políticas tan nefastas que están traicionando el pasado, el presente y el futuro de una Europa Agraria.
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