El Mediterráneo comparte paisajes y cultura, pero también amenazas comunes como la expansión del avispón oriental (Vespa orientalis), una especie invasora que está diezmando colonias de abejas, comprometiendo la polinización de cultivos, afectando a la biodiversidad y suponiendo un riesgo para la salud pública. Para hacer frente a este problema, apicultores de España e Italia viajaron a Chipre a finales de agosto, donde fueron recibidos por la Asociación Panchipriota de Apicultores, pionera en la lucha contra esta plaga.
Durante cuatro días, técnicos y apicultores de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y de la Unión Nacional de Asociaciones de Apicultores Italianos (UNAAPI), coordinados por BeeLife, visitaron explotaciones apícolas en enclaves como el Antelia Bee Park, el Parque Nacional de Athalassa, Tremithousa en Pafos y las montañas de Troodos. Allí conocieron de primera mano los métodos desarrollados por los apicultores chipriotas tras años de experiencia con la especie invasora.
El trabajo de control comienza en primavera con la captura de las reinas fundadoras que emergen de la hibernación, utilizando trampas con colmenas vacías y cebos azucarados o alcohólicos. En verano, recurren a cebos proteicos en botellas de plástico para atrapar a las obreras. Para proteger las colonias, colocan piqueras con orificios en las entradas de las colmenas, que permiten el paso de las abejas pero bloquean el acceso de los avispones. Además, los apicultores destruyen de forma continua los nidos que encuentran en los alrededores entre marzo y noviembre.
Uno de los aspectos más llamativos para los visitantes españoles e italianos fue comprobar que los nidos chipriotas son más pequeños y que los avispones presentan un tamaño algo inferior. Se considera que esta diferencia puede deberse a la lucha constante de los apicultores, que limita el desarrollo de las colonias al reducir su acceso a recursos. También influiría la climatología: en Chipre, las reinas fundadoras emergen en abril, mientras que en zonas como Málaga se detectan ya en febrero, lo que favorece un desarrollo más amplio de los nidos en Andalucía.
En Chipre, además, la abeja autóctona ha desarrollado comportamientos defensivos frente al avispón oriental, fruto de años de convivencia, algo que las abejas europeas aún no han adquirido. Esta diferencia supone un reto adicional para los apicultores de España e Italia.
Más allá de los aspectos técnicos, el encuentro puso de relieve la importancia de la cooperación internacional. Los participantes destacaron que compartir conocimientos fortalece al sector y genera un sentimiento de unidad frente a una amenaza común.
Desde su detección en Cádiz en 2019, la Vespa orientalis se ha extendido a todas las provincias andaluzas, con especial incidencia en Cádiz, Málaga y el sur de Sevilla. Desde mayo está catalogada como Especie Exótica Invasora en España, aunque el sector apícola insiste en la urgencia de implementar medidas de control eficaces.
El avance del avispón oriental preocupa no solo a los apicultores. La especie depreda también sobre otros polinizadores, amenaza la biodiversidad y representa un riesgo para la salud pública debido a la peligrosidad de sus picaduras en personas alérgicas. Incluso sectores como el turismo podrían verse afectados si la presencia de este insecto se intensifica en playas, restaurantes y espacios naturales de países como España, Italia, Grecia o Chipre.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.