La Oficina Federal de Cárteles de Alemania (Bundeskartellamt) ha bloqueado la adquisición de varios mataderos, que la cárnica holandesa Vion tiene en el sur de Alemania, por parte del Grupo Tönnies. Esta operación incluye el matadero de Crailsheim, clave para los ganaderos porcinos bávaros. La medida busca evitar una concentración excesiva en el mercado del sacrificio de cerdos, pero plantea serias dudas sobre el futuro de la actividad ganadera en la región.
El organismo antimonopolio alemán ha argumentado que la operación habría reforzado de forma desproporcionada la posición dominante de Tönnies, reduciendo las alternativas para productores y compradores y debilitando la competencia regional. La compra no solo consolidaría el liderazgo del grupo en el procesamiento de cerdos, sino que también le otorgaría un peso excesivo en la comercialización ganadera.
La retirada de Vion deja vacíos estratégicos
La decisión se produce en el contexto del repliegue de Vion del mercado alemán, anunciado a principios de 2024. Mientras otros operadores han asumido instalaciones en Perleberg, Landshut y Vilshofen, la planta de Crailsheim, con más de 20.000 sacrificios semanales y más de un millón al año, aún no tiene un nuevo responsable asegurado. La Oficina Federal de Cárteles ha vetado que sea Tönnies, cuya cuota en sacrificio porcino ronda ya el 30 % en 2024, sin contar operaciones por contrato ni procesamiento de canales.
Aunque la resolución aún no es definitiva y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior Regional de Düsseldorf, la incertidumbre sobre el futuro de Crailsheim es ya una preocupación central para el sector. Este matadero representa una tercera parte de los sacrificios de Baviera.
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