Un estudio ha demostrado que el salvado de arroz, subproducto abundante y poco valorizado generado en el proceso de obtención de arroz blanco, puede transformarse en una fuente económica y sostenible para la producción de enzimas industriales mediante el uso de hongos filamentosos. Esta investigación abre nuevas oportunidades para la revalorización de residuos agroalimentarios y para el impulso de una bioeconomía circular.
Gracias a su composición rica en carbohidratos (50 %), proteínas (15 %) y grasas (20 %), el salvado de arroz constituye un sustrato adecuado para el crecimiento de mohos. Al desarrollarse sobre este material, los hongos liberan enzimas que les permiten degradar compuestos vegetales complejos y alimentarse de los nutrientes resultantes. Este mecanismo natural puede ser aprovechado en condiciones controladas para obtener cócteles enzimáticos con múltiples aplicaciones en sectores como la alimentación, la farmacéutica o la producción energética.
El equipo de investigación logró aislar 16 cepas de hongos filamentosos del salvado de arroz, entre ellas especies de los géneros Aspergillus, Penicillium y Mucor. Estas cepas fueron evaluadas por su capacidad para producir enzimas que degradan celulosa y xilano, dos polisacáridos mayoritarios en este subproducto agrícola. Asimismo, se detectó la producción de proteínas antifúngicas con potencial para su aplicación en sanidad vegetal y biomedicina.
Las enzimas obtenidas presentan una gran diversidad funcional. Entre ellas se encuentran la celulasa y la β-glucosidasa, útiles para la producción de biocombustibles; la xilanasa y la β-xilosidasa, con aplicación en panadería; la α-L-arabinofuranosidasa, empleada en la clarificación de zumos y mejora de piensos; y la β-galactosidasa, utilizada para elaborar productos lácteos sin lactosa. Cada una de estas enzimas actúa como una herramienta biológica especializada que permite acelerar procesos químicos específicos.
Por otro lado, se identificaron proteínas antifúngicas producidas por cepas del género Penicillium, en particular P. parvofructum, que generó tres proteínas ricas en cisteína con capacidad para inhibir hongos patógenos sin afectar a células humanas. Estas proteínas podrían aplicarse en el desarrollo de bioplaguicidas o como antimicrobianos en medicina y agricultura.
Actualmente, la industria depende mayoritariamente de procesos químicos o bacterianos costosos para la producción de enzimas. Este trabajo plantea una alternativa más asequible y ecológica mediante fermentación de hongos sobre residuos orgánicos. Aunque se requiere avanzar en la optimización y escalado del proceso, los resultados consolidan el papel de los hongos como aliados estratégicos para una transición hacia modelos industriales más sostenibles.
Este trabajo forma parte del proyecto BioValRice, financiado por el programa AGROALNEXT con apoyo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea y la Generalitat Valenciana. Los resultados han sido publicados en la revista Journal of Fungi. El proyecto explora la obtención de compuestos bioactivos a partir de residuos del sector arrocero, con el objetivo de aplicarlos en la bioconservación de productos de panadería, prolongando su vida útil y conservando sus propiedades sensoriales.
Referencia científica: Yélamos, A. M., Marcos, J. F., Manzanares, P., & Garrigues, S. (2025). Harnessing Filamentous Fungi for Enzyme Cocktail Production Through Rice Bran Bioprocessing. Journal of Fungi, 11(106). https://doi.org/10.3390/jof11020106
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