Un total de 98 acciones consensuadas entre vecinos, ayuntamientos, entidades ambientalistas, agrarias, protectoras de animales y sociedades de cazadores se pondrán en marcha en el Parque Natural de la Sierra de Collserola con el objetivo de reducir los conflictos provocados por la sobrepoblación de jabalíes. La iniciativa, impulsada por la Mesa del Jabalí de Collserola, marca un punto de inflexión al establecer por primera vez en Cataluña un modelo de cogestión basado en el diálogo entre todos los sectores implicados.
Durante cinco meses, y tras una docena de reuniones, se han debatido propuestas desde distintas perspectivas para afrontar la situación. El resultado es una estrategia que busca no depender exclusivamente de la caza, sino incorporar medidas complementarias que reduzcan los daños y mejoren la convivencia.
Entre las actuaciones destacadas figuran la mejora en la gestión de residuos urbanos, la adaptación del manejo de colonias felinas para impedir el acceso de jabalíes a restos de comida, campañas de sensibilización ciudadana, apoyo al sector agrario y ajustes en las zonas urbanas y periurbanas para limitar la disponibilidad de recursos como agua o vegetación que favorecen la presencia de la especie.
En paralelo, el Departament d’Agricultura ha anunciado la creación del Observatorio del Jabalí, una plataforma que centralizará la información y facilitará la coordinación entre municipios, así como el seguimiento de las medidas aplicadas. También se ha subrayado la importancia de la gestión forestal en Collserola, que no solo contribuye a prevenir incendios, sino que modifica las condiciones que favorecen la expansión del jabalí.
Según los datos presentados, la densidad de jabalíes en el parque se mantiene este invierno en torno a 9,2 ejemplares por km², lejos de los máximos registrados en la temporada 2021-22. También se ha constatado una disminución del 70 % en los avisos por presencia de jabalíes en Barcelona, una única captura en Sant Cugat en entorno urbano, y una reducción notable en las capturas urbanas y accidentes de tráfico en la zona.
Las causas de este descenso se atribuyen a múltiples factores, como la sequía, que ha reducido los recursos hídricos y alimentarios, las restricciones de riego urbano, la mayor concienciación ciudadana, el cambio en la gestión de residuos y la extracción selectiva de ejemplares habituados a entornos urbanos. Estas medidas han logrado romper los patrones de comportamiento aprendidos que favorecían la entrada de jabalíes en la ciudad.
El nuevo plan de acción también contempla controles poblacionales excepcionales en el Pirineo mediante capturas intensivas en zonas con alta densidad de ungulados, dentro del Plan de Control Poblacional (PCP) que se aplicará en 30 municipios de las comarcas del Alt Urgell y el Pallars Sobirà.
La experiencia de Collserola se alinea con problemáticas similares que se han observado en otras ciudades europeas como Bruselas, Berlín, Roma o Madrid, donde la capacidad de adaptación del jabalí y la cercanía entre espacios forestales y zonas urbanas ha generado conflictos crecientes.
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