Analíticas realizadas por encargo de LA UNIÓ Llauradora i Ramadera en un laboratorio homologado han revelado la existencia de irregularidades en varias mieles de marca blanca comercializadas en supermercados e hipermercados de la Comunitat Valenciana. Según la organización, los resultados evidencian adulteraciones, problemas de trazabilidad y deficiencias graves en el etiquetado.
Los estudios, efectuados por la Universitat Politècnica de València, detectaron la presencia de azúcares no naturales, lo que sugiere la adición de jarabes no autorizados. Además, en algunas muestras se registraron niveles de hidroximetilfurfural (HMF) superiores a los límites legales, lo que indicaría un sobrecalentamiento, almacenamiento deficiente o antigüedad excesiva del producto.
El análisis también puso de manifiesto incoherencias entre el origen declarado en el etiquetado y el resultado de los estudios polínicos. En ningún caso el orden de los países indicado en las etiquetas coincide con el origen mayoritario del polen contenido en la miel. Así, pese a figurar España como primer país de origen en todos los envases analizados, los análisis no detectaron polen mayoritario procedente del territorio español.
LA UNIÓ denuncia que esta situación representa una competencia desleal para los apicultores valencianos, que deben enfrentarse en el mercado a productos de baja calidad y origen dudoso. La organización advierte de que la falta de controles rigurosos permite la entrada de mieles adulteradas que no cumplen los estándares exigidos, perjudicando la sostenibilidad del sector y la economía de los productores locales.
Ante estos resultados, LA UNIÓ ha solicitado a la Conselleria de Agricultura y a la Conselleria de Sanidad la implementación de medidas urgentes para reforzar los controles de calidad y etiquetado de la miel en la Comunitat Valenciana. En concreto, propone incrementar las inspecciones en puntos de venta y distribución para detectar posibles fraudes y adulteraciones, así como realizar controles específicos sobre la composición fisicoquímica y polínica, especialmente en el caso de las mieles importadas.
La entidad exige, además, sanciones severas para aquellas empresas que comercialicen miel adulterada o con información engañosa en su etiquetado. Con estas medidas, LA UNIÓ busca proteger a los apicultores valencianos y garantizar la competitividad del sector frente a productos de procedencia incierta.
La organización reclama una respuesta inmediata por parte de la Generalitat Valenciana para evitar que esta situación continúe perjudicando a los productores y engañando a los consumidores. Considera imprescindible asegurar la trazabilidad y calidad del producto mediante inspecciones sistemáticas y sanciones ejemplares a quienes incumplan la normativa.
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