La Generalitat de Cataluña trabaja en el Plan Estratégico para la Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, que se presentará a comienzos de 2026. En este contexto, se ha elaborado un diagnóstico sobre el desperdicio de alimentos en los hogares catalanes durante 2024, cuyos datos reflejan la magnitud del problema y la necesidad de actuar en toda la cadena alimentaria.
Impacto del desperdicio en los hogares
Según el estudio realizado por el CREDA y el IRTA, en los hogares catalanes se desperdiciaron 173.960 toneladas de alimentos en 2024. Esto equivale a 21,56 kg por persona al año y representa un volumen suficiente para cubrir la alimentación de 274.948 personas durante un año, lo que equivale al 14,08 % de la población en riesgo de pobreza en Cataluña.
El estudio también analiza el impacto ambiental del desperdicio. La pérdida de alimentos no solo afecta la seguridad alimentaria, sino que también genera un consumo innecesario de recursos como agua y energía. Además, contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, ya que los alimentos desperdiciados suelen acabar en vertederos, donde generan metano, un gas con un alto potencial de calentamiento global.
Ampliación del análisis a toda la cadena alimentaria
El gobierno catalán prevé ampliar el análisis del desperdicio alimentario más allá de los hogares. Entre 2025 y 2026, se desarrollará un diagnóstico que abarque toda la cadena de producción y distribución de alimentos en Cataluña, desde el sector primario hasta el consumo final. Este estudio proporcionará datos desglosados por productos y sectores, lo que permitirá diseñar estrategias más eficaces para minimizar las pérdidas en cada etapa del proceso.
El objetivo es contar con datos fiables y actualizados para evaluar la evolución del desperdicio a lo largo de los años y establecer medidas más precisas para su reducción.
Iniciativas en marcha para reducir el desperdicio
La Generalitat impulsa diversas iniciativas para reducir el desperdicio de alimentos. Entre ellas destaca la campaña de sensibilización «Aprovechamos los alimentos», que en 2024 logró reaprovechar 18,6 toneladas de comida. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), esto supuso un ahorro de 11,97 millones de litros de agua y evitó la emisión de 9.045,25 kg de CO2.
Además, el sector agroalimentario catalán avanza hacia un modelo más sostenible a través de proyectos de transformación de alimentos descartados del circuito comercial. Empresas y entidades especializadas trabajan en la reutilización de frutas y verduras que no cumplen con los estándares de mercado debido a su forma o tamaño, dándoles un nuevo uso en productos procesados y evitando su desperdicio.
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