Bertrand Sourdais quinta generación de una familia de viticultores de Chinon (Loira-Francia), descubrió en 1999 una zona única y genuina para elaborar grandes vinos en la D.O Ribera del Duero en San Esteban de Gormaz. El viñedo soriano representa el 5% de la Ribera del Duero con 1.292,9 hectáreas de los 26.122,7 totales, por detrás de Burgos con el 71,78% o Valladolid con el 22,35% y solo por delante de 214 hectáreas en terreno segoviano.
La provincia de Soria con 938 hectáreas de cepas a partir de 70 años, 240 hectáreas entre 90 y 120 años, y 120 hectáreas superior a 120 años. La edad de los viñedos y su heterogeneidad genética, han conseguido un importante vino Tinto fino de la zona, por la forma en la que las viñas fueron plantadas con sarmientos de distintas procedencias, además de otras variedades como la Garnacha tintorera o la blanca Albillo, también muy abundante.
Bertrand enólogo y propietario de Dominio de ES y bodegas Antídoto, apuesta por elaborar vinos donde se prima la calidad por encima de la cantidad. La riqueza de su suelo, las pequeñas parcelas de cepas centenarias dan a sus uvas tinto fino, garnachas y albillos un nivel de calidad altísimo, para vinos que cuentan ya con el reconocimiento internacional y premios que son seña de identidad de un territorio que, a pesar de su despoblación, ha sabido trasladar a sus barricas los ritmos que marca la naturaleza y plasmar el ecosistema y la biodiversidad en cada botella, afirma Bertrand.
La tradición enológica de nuestra Ribera soriana se remonta casi al inicio poblacional de esta zona, como demuestran no solo las viñas viejas, sino también las infraestructuras donde se ha elaborado y preparado el vino en muchos casos desde la Edad Media, y que observamos en los barrios de bodegas y lagares y lagaretas comunales y privadas que salpican el urbanismo de nuestros pueblos.
En 2019 se creó la asociación Viñas Viejas de Soria con 13 bodegas de la DO Ribera del Duero y otra de la Tierra de Castilla y León de la provincia, con el objetivo de proteger el patrimonio enológico de la provincia y desarrollar la calidad de los viñedos sorianos y como ámbito territorial las empresas vitivinícolas sorianas y la unión de la mayoría de los productores de vino de la comarca. Nuestra seña de identidad como afirma Bertrand presidente de la Asociación, son viñas viejas que tienen como peculiaridad la esencia de la historia y el clima soriano, que le han otorgado un carácter único a unas uvas especiales que, trabajadas con el mimo y amor que ponen los enólogos de las bodegas sorianas, permiten elaborar vinos exclusivos donde prima la calidad por encima de cantidad, y donde cada botella es un regalo.
La asociación se encuentra ya inscrita como tal en la Junta de Castilla y León, engloba a bodegas pioneras en la provincia como DO5 Hispanobodegas SL (Bodegas Gormaz), junto a otras bodegas de San Esteban de Gormaz como Antídoto, Dominio de ES SL, Bodegas y Viñedos Aceña (Terrasesteban), Taruguín, junto a otras del municipio como Tierras El Guijarral (Rudeles), Bodegas y viñedos Señoría de Aldea, Dominio de Atauta y señorío de Villálvaro, junto a las de nueva creación como Bodega Aranda-DeVries de Ines, a las que se suman otras clásicas de la provincia de Soria como Bodegas Castillejo de Robledo, Bodegas Valdeviñas de Langa de Duero, junto a otras dos bodegas sorianas como La Quinta Vendimia y Lunas de Castromoro
La asociación muestra en su reciente web de mayo 2023, los orígenes de la asociación y sus objetivos, la ubicación en la parte inicial de la Ribera del Duero y de mayor altitud, la historia de los viñedos en la zona que desde hace siglos ha recogido el buen hacer de la elaboración del vino. Las características de estas bodegas: cepas viejas, algunas centenarias (previas a la prefiloxera), un suelo rico, la altitud, el clima extremo, sin olvidar las variedades de uva con la que se
elaboran sus vinos y su pertenencia a la Denominación de Origen Ribera del Duero. Con grandes perspectivas para futuras ediciones, en las que podrían contar con otras zonas vitivinícolas, para mostrar las diferencias que ofrecen sus vinos y sus territorios.
La herencia de los viñedos sorianos de Soria de 100-150 años “es algo que ha desaparecido en el resto del mundo y aquí la encontramos intacta —cuenta Bertrand— “lo principal para nosotros como asociación es poder preservar este patrimonio genético y no dejar de ponerlo en valor. Nuestra gran suerte es que elaboramos vinos con uvas de Soria exclusivamente, no tenemos que ir a por uvas fuera, por eso podemos hablar de la pureza absoluta de la expresión de nuestro terroir, y esto nos permite construir una identidad cristalina, como sucede en Francia”. Nuestros vinos son de corte más floral, menos especiados, más frescos y ligeros y con menos presión. En boca, también resultan más verticales, con una estructura más ácida. No existe esa materia dulce, generosa del resto de la Ribera. Aquí hay más tensión. En definitiva, la boca está totalmente coordinada con la parte aromática, dando lugar a vinos más ligeros, con más aire y más primavera”, sostiene el presidente de Viñas Viejas de Soria. La travesía no tiene vuelta atrás. La Soria vinícola encara su presente y futuro más inmediato con el reto de saber mirarse a sí misma, y ser capaz de transmitir el orgullo de una identidad realmente única y universal.
ASOCIACION DE VIÑAS VIEJAS DE SORIA
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