El Presidente de Aragón, Javier Lambán, junto con el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, ha mantenido una reunión con los máximos responsables de las Comunidades de Regantes de Aragón. El presidente ha defendido la postura del Gobierno a la hora de apoyar el Plan Hidrológico del Ebro 2022-2027 frente a la posición de abstención adoptada por los representantes de los regantes en el Consejo del Agua de la Demarcación del Ebro celebrado el pasado 8 de abril.
Respetando su opinión, los representantes del Ejecutivo han argumentado que oponerse al Plan Hidrológico 2022-2027 “hubiera estado injustificado una vez que se han tenido en cuenta prácticamente todas nuestras alegaciones” (la Comunidad ha sido la que más aportación ha hecho al Plan), sobre todo, las relativas a que el nuevo Plan Hidrológico no debe condicionar la planificación posterior, el respeto al Pacto del Agua y a la Reserva de los 6.550 Hm3 en favor del desarrollo presente y futuro de Aragón, así como a la ampliación en curso del regadío en Aragón. Todo ello en coherencia con el horizonte de planificación (2027) y sin comprometer ninguna renuncia.
Sin Plan hidrológico las obras en marcha quedarían gravemente comprometidas. Además, han explicado que la planificación hidrológica es una obligación comunitaria y su retraso se traduce en incumplimiento de la Directiva Marco del Agua lo que se deriva, a su vez, posibles sanciones, retención de fondos u otras consecuencias.
Pero también han defendido el Plan porque, por primera vez, se aborda un Plan Hidrológico del Ebro ambicioso pero con sentido realista, y no “una carta a los Reyes Magos”, en coherencia con el horizonte de planificación (2027) y la capacidad efectiva de ejecución. En este ciclo de planificación, el programa de medidas se ciñe a las actuaciones en ejecución, proyectadas o programadas por las respectivas autoridades competentes, entre ellas el Gobierno de Aragón, con compromiso de ejecución y financiación. Trata de evitarse de esta manera la situación generada por los planes anteriores donde la consideración de las medidas potenciales tendentes a satisfacer el máximo grado de ambición conducía a niveles desproporcionados de inejecución. Así, por ejemplo, el Plan 2016-2021 tan solo alcanzaba en 2020 una ejecución del 29,15% frente a una previsión del 83,33%.
Lambán ha reconocido que este plan permite culminar hasta 2027 las cuatro grandes obras en curso (Yesa, Mularroya, Santolea y Almudévar), es decir, que convierte a Aragón en la Comunidad donde mayores inversiones se están realizando en política de regulación y da el espaldarazo la creación de mayor superficie de regadíos.
Se han necesitado 40 años para abordar la ejecución de 118.800 hectáreas de regadío, de las que 29.260 (26,5%) se han comprometido en los últimos 6 años. En los últimos 6 años, desde 2016, fruto de un esfuerzo sin precedentes, se han comprometido en Aragón un total de 252,3 millones de euros en subvención para la creación y modernización de regadíos. Una cifra que corresponde a una inversión total de 534,6 millones en 64.097 hectáreas, 34.837 hectáreas de modernización y 29.260 hectáreas de creación de nuevos regadíos.
El Plan no limita, en absoluto, el alcance de la modernización de regadíos, ya que dicha modernización se traduce en un uso más eficiente del agua con efectos también favorables para la calidad de las masas de agua.El Presidente de Aragón, Javier Lambán, acompañado por el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona, ha mantenido una reunión con los máximos responsables de las Comunidades de Regantes de AragónEn la reunión con los regantes, el presidente Lambán y el consejero Olona han defendido la postura del Gobierno a la hora de apoyar el Plan Hidrológico del Ebro 2022-2027 frente a la posición de abstención adoptada por los representantes de los regantes en el Consejo del Agua de la Demarcación del Ebro celebrado el pasado 8 de abril. Respetando su opinión, los representantes del Ejecutivo han argumentado que oponerse al Plan Hidrológico 2022-2027 “hubiera estado injustificado una vez que se han tenido en cuenta prácticamente todas nuestras alegaciones” (la Comunidad ha sido la que más aportación ha hecho al Plan), sobre todo, las relativas a que el nuevo Plan Hidrológico no debe condicionar la planificación posterior, el respeto al Pacto del Agua y a la Reserva de los 6.550 Hm3 en favor del desarrollo presente y futuro de Aragón, así como a la ampliación en curso del regadío en Aragón. Todo ello en coherencia con el horizonte de planificación (2027) y sin comprometer ninguna renuncia.
Sin Plan hidrológico las obras en marcha quedarían gravemente comprometidas. Además, han explicado que la planificación hidrológica es una obligación comunitaria y su retraso se traduce en incumplimiento de la Directiva Marco del Agua lo que se deriva, a su vez, posibles sanciones, retención de fondos u otras consecuencias.
Pero también han defendido el Plan porque, por primera vez, se aborda un Plan Hidrológico del Ebro ambicioso pero con sentido realista, y no “una carta a los Reyes Magos”, en coherencia con el horizonte de planificación (2027) y la capacidad efectiva de ejecución. En este ciclo de planificación, el programa de medidas se ciñe a las actuaciones en ejecución, proyectadas o programadas por las respectivas autoridades competentes, entre ellas el Gobierno de Aragón, con compromiso de ejecución y financiación. Trata de evitarse de esta manera la situación generada por los planes anteriores donde la consideración de las medidas potenciales tendentes a satisfacer el máximo grado de ambición conducía a niveles desproporcionados de inejecución. Así, por ejemplo, el Plan 2016-2021 tan solo alcanzaba en 2020 una ejecución del 29,15% frente a una previsión del 83,33%.
Lambán ha reconocido que este plan permite culminar hasta 2027 las cuatro grandes obras en curso (Yesa, Mularroya, Santolea y Almudévar), es decir, que convierte a Aragón en la Comunidad donde mayores inversiones se están realizando en política de regulación y da el espaldarazo la creación de mayor superficie de regadíos.
Se han necesitado 40 años para abordar la ejecución de 118.800 hectáreas de regadío, de las que 29.260 (26,5%) se han comprometido en los últimos 6 años. En los últimos 6 años, desde 2016, fruto de un esfuerzo sin precedentes, se han comprometido en Aragón un total de 252,3 millones de euros en subvención para la creación y modernización de regadíos. Una cifra que corresponde a una inversión total de 534,6 millones en 64.097 hectáreas, 34.837 hectáreas de modernización y 29.260 hectáreas de creación de nuevos regadíos.
El Plan no limita, en absoluto, el alcance de la modernización de regadíos, ya que dicha modernización se traduce en un uso más eficiente del agua con efectos también favorables para la calidad de las masas de agua.
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