Con una producción nacional total de cereales por encima de los 25 millones de toneladas, récord histórico absoluto, fluctuaciones de cotizaciones desconocidas desde hace años y una persistente situación de pandemia, la campaña 2020-21 nos está otorgando la oportunidad de poner en valor el papel de todas aquellas empresas tradicionales dedicadas al comercio de cereales y oleaginosas.
Dentro de nuestra estructura de distribución conviven desde pequeñas empresas locales a grandes compañías multinacionales y, gracias al esfuerzo y colaboración entre ambos tipos de sociedades, se ha conseguido convertir a nuestro país, gran deficitario de estas materias primas, en el primer fabricante de piensos compuestos de la Unión Europea y situarlo entre los mayores productores mundiales.

Si dejamos a un lado a las grandes corporaciones y bajamos hasta los primeros eslabones de la cadena comercial, inmediatamente después del agricultor, aparece la figura del operador tradicional. Algunas de las características más significativas de este tipo de empresas en España son:
– Su práctica totalidad son PYMEs de carácter familiar.
– La mayor parte, alrededor del 70%, de sus adquisiciones de cereales u oleaginosas las realizan en su entorno comarcal o regional, siendo sus principales proveedores los agricultores de esas zonas.
– Además, conforman un servicio integral que facilita a los agricultores su día a día mediante labores de asesoramiento y consultoría y suministrando productos como semillas, abonos y fitosanitarios.
– Más del 70% de los comerciantes se encuentra en municipios de menos de 20.000 habitantes y casi el 60% en localidades con una población que no alcanza los 5.000. La cifra media de empleados es de 9 personas, la mayor parte con vinculaciones laborales de larga duración. Este perfil, convierte su presencia en la España rural en imprescindible dada su capacidad de fijar empleo y población al mismo tiempo que genera riqueza.
A diferencia de otras formas de comercialización en las que el agricultor tiene poco o nada que decidir sobre su propia producción, y sus intereses pueden quedar rebajados, ocultos o, incluso, perjudicados por los de otros, su relación uno a uno con los comerciantes, en la que ninguno gana si el otro no gana, le posibilita poner en el mercado su producción según su propio criterio, asesorados por los mejores profesionales del mercado, y, por encima de todo, protegidos por la garantía del cobro de un precio justo establecido de antemano.
Quizás por todas estas razones, a pesar de la obstinación de ciertas administraciones en querer desvirtuar el mercado con subvenciones y ayudas furtivas o directas otorgadas a otro tipo de operadores simplemente en base a su forma de constitución jurídica, la mayor parte de los agricultores continúan confiando campaña tras campaña en el buen hacer del comerciante tradicional. Rebelándose contra la presión a las que les someten las instituciones con el cortoplacismo obtuso que supone dar hoy para perder mañana, mantienen su apuesta por la libertad de comerciar su producto donde y con quien lo estiman más oportuno. Y aunque a algunos les moleste, saben que esto debe seguir así: la base y origen de la fortaleza de esta cadena comercial, está en la estrecha relación agricultor-comerciante, y, atentar contra un sistema que demuestra día a día su validez, es caminar hacia el desastre.
Muy cierto. No podremos quejar de los almacenistas todo lo que queramos pero sin ellos, en manos de los consejos de las cooperativas, íbamos a ir apañados.
Seremos primer fabricante de piensos de europa, pero seguimos siendo deficitarios d cereal. Respecto a los almacenistas y transformadores son igualito k los burócratas k nos dictan sus leyes y normas. En cuanto a las cooperativas, vale más no hablar
Creo q los agricultores merecemos algo más q migajas. Nos conformamos con lo q nos dejan q bajen los precios del abono o de la semilla y encima nos cobran hasta los royaltis de la semilla . Q pasa con la semilla la pagamos a un euro el kilo el r 1 y encima paga derechos jaja vaya banda d chupones
Lo de almacenista queda muy bien y has suena bien, pero no son la mayoría intermediarios?. En este sector lo que sobran son los segundos y haber quien son agricultores y quién aficionados, domingueros, jubilados y empresas de servicios, creo que por tener un tractor y dar vueltas en el campo no se es agricultor.
Soy agricultor de Navarra, socio de una cooperativa cerealista de más de 200 socios y comparo mi situación con la de otros vecinos que no son socios de la cooperativa:
– Es cierto que la cooperativa da seguridad en los cobros de la cosecha aunque el cobro sea en una única liquidación un año despúes de la cosecha.
– Estoy atado a la hora de elegir variedades de cereal, solo puedo sembrar los cultivos y variedades que tenga la cooperativa. Lo mismo ocurre con abonos y herbicidas, sólo los qute tenga la cooperativa.
– Por último, algo muy importante, el servicio, el campo ni el tiempo entiende de festivos. En mi cooperativa se cierran todos sábados y domingos salvo en julio por la recolección. En plena siembra, no puedo cargar semilla ni abonos en fin de semana, mientras que otros compañeros no socios, con una llamada de teléfono a cualquier almacenista privado de cereales le abre encantado un domingo a las 8 de la mañana para cargar el remolque de semilla.
– N
Las cooperativas es lo mejor si el Gerente es persona honrada llevo 20 años en una y es lo mejor que me ha pasado.me comparo con los demás de compañeros agricultores y no me demuestran nada.eso si hay que organizarse mejor
Yo estoy en una cooperativa y es el mayor error que he cometido lo que pasa es que ya no me puedo salir por edad un almacenista tiene que crearse su infraestructura da y luego si acaso se aprovecha una cooperativa el mismo pardillo de agricultor se tiene que crear la infraestructura para que otros vivan digamos caja rurales sindicatos una vergüenza
La asociación de comerciantes de cerea (entre ellos multinacionales), son unos pocos, las cooperativas unos pocos más, los agricultores son miles y se dedican en su mayoría a producir. Los agricultores tienen algo de información, las cooperativas un poco más de información y los comerciantes tienen muchas más información sobre cultivos y precios a nivel mundial (eso se llama poder).
Pues infórmate. Tienes exactamente el mismo acceso a la información que los demás
Frente a pagar para ser socio de un tinglado en manos de personas que acaban convirtiéndose en caudillos y quedar atado de pies y manos mil veces antes prefiero el libre mercado
Lo que ha funcionado durante siglos y milenios hay que estar locos para derribarlo y cambiarlo por sometimiento
La cooperativa puede cumplir una función en sectores de productos perecederos destinados a la exportación si no hay otros operadores que cumplan la misma función en libre mercado pero siempre vamos a ver que a quien gobierne la cooperativa le salen los negocios sospechosamente mucho mejor que al común de los socios y pocas veces veremos rotaciones en la dirección ni verdadera democracia
Es una cuestión de filosofía de vida de sentido de la dignidad y amor propio a la vez que se respeta a quienes mantienen una relación comercial poniendo de su parte un desembolso económico para poder funcionar
Si es cooperativa de primer grado pues aún el agricultor socio puede contrlar más, pero si pertenece esa cooperativa a una de segundo grado el agricultor no es nada, se desvían de sus funciones. Las cooperativas se crearon para aglutinar la oferta y con infraestructuras conjuntas obtener mejores precios.
Sin embargo en lugar de centrar sus esfuerzos en comercializar, se ponen a producir, adquieren fincas, cultivan muy mal, con una rentabilidad negativa que nunca van a reconocer, una verdadera losa para el socio, que no logra mejores precios que los no pertenecientes a las cooperativas. El agricultor pasa a un segundo y tercer plano es solamente un figurante.
Cuándo se hace la asamblea general ni se nombra al agricultor, ingresos menos gastos, lo que queda para el agricultor, nunca se comenta, ni se pone como objetivo liquidar a mayor precio que los no cooperativistas, sino que la cooperativa de segundo grado crezca más, para satisfacer a los gobiernos autonómicos.
Para qué queremos los agricultores socios que crezcan las cooperativas si luego no revierte en nuestras liquidaciónes!