La próxima semana, se va a presentar en Francia un proyecto de plan de investigación contra el pulgón y la amarillez en la remolacha. Este plan estará copilotado por el Instituto Técnico de la Remolacha (ITB) y el Instituto de Investigación Agraria (INRAE).
La pasada semana se presentaron en Francia los resultados del proyecto Aker. Este fue lanzado en 2012 y ha tenido una duración de 8 años. Su objetivo es mejorar la competitividad de la remolacha en el horizonte 2020. Concretamente, duplicar el ritmo de crecimiento anual del rendimiento azúcar por hectárea de la remolacha.

Algunos resultados de Aker muestran ganancias de rendimiento del 3 al 5%, junto con una buena resistencia a las enfermedades. A medio y largo plazo, Aker permitirá producir variedades de alto rendimiento en un plazo de selección reducido (en 7 años en lugar de 12), sin embargo, no existe la variedad con una V mayúscula, que permita prescindir de los neonicotinoides, han señalado desde Aker. Las variedades jugarán su papel para luchar contra la ictericia, pero tendrán que combinarse con muchos otros factores.
Este año, el ataque del pulgón ha sido devastador en Francia por no poder usar semilla pildorada con neonicotinoides. Por este motivo, el gobierno francés ha decidido proponer al Parlamento una autorización temporal de este insecticida por 3 años (hasta 2023), exclusivamente para la remolacha porque es un cultivo que no sube a flor.
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