La sequía observada en 2018 en Europa tuvo un impacto significativo en la oferta de alimentación animal para 2018/19. El nivel de autoabastecimiento de la UE y el suministro total de piensos disminuyeron en comparación con los años anteriores. La autosuficiencia se redujo del 80% al 77%, con una menor disponibilidad de forraje, en parte reemplazada por mayores importaciones de maíz. El suministro total de pienso se redujo en un 4%, a 83 millones de toneladas, debido a la reducción del tamaño del ganado bovino y porcino, según recoge el balance de proteínas en alimentación animal en la UE 2018/19 , publicado ayer por la Comisión Europea.
El forraje, como el pasto y el maíz ensilado, siguen siendo la principal fuente de proteína en alimentación animal, representando el 42% del uso total de piensos de la UE. Las harinas y granos de oleaginosas aumentaron su participación en 1% cada uno y alcanzaron respectivamente 26% y 23%.
Si bien la UE es totalmente autosuficiente en forrajes, la UE produce solo el 26% de las harinas de semillas oleaginosas (principalmente de soja y colza) consumidas por el sector ganadero de la UE.
Debido a la menor demanda de piensos, el consumo de todas las fuentes de proteína alimenticia se redujo en cifras absolutas. Dentro de la categoría de cereales, se puede observar un cambio hacia más maíz importado y dentro de la categoría de granos oleaginosos, un pequeño cambio hacia más harinas de soja, a expensas de las de colza y girasol.

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