Las condiciones meteorológicas registradas durante las distintas etapas del desarrollo del trigo duro, entre ellas la temperatura y la lluvia, están íntimamente ligadas tanto a la producción como a la calidad del grano. La temperatura ideal para el crecimiento y desarrollo del cultivo de trigo está entre 10 y 24ºC, no debe ser demasiado fría en invierno ni demasiado elevada en primavera ni durante la maduración. Se ha demostrado en años secos que un trigo puede desarrollarse bien con 300 – 400 mm de lluvia, siempre que la distribución de esta lluvia sea escasa en invierno y abundante en primavera, según ha informado la Red Andaluza de Alertas Fitosanitaria.
En estos momentos, debido a las escasas precipitaciones recogidas durante el otoño y a las bajas temperaturas actuales, los cereales de invierno se encuentran más atrasados que otros años por estas mismas fechas, aunque, y gracias a las últimas lluvias, están recuperándose.
Los trigos presentan una situación irregular. La fenología oscila entre el inicio del ahijado hasta 1-2 hojas desplegadas, estado, este último predominante. En aquellos campos de cereal más adelantados, ya se ha aplicado la primera cobertera de 150-200 kg/ha de Urea al 46 %. Por el momento no se aprecian problemas de plagas y enfermedades. Fuente: RAIF
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