Valladolid, viernes, 05 de mayo de 2006. Si todos los agricultores y ganaderos de Valladolid están viviendo con una tremenda incertidumbre y preocupación la puesta en marcha de la nueva PAC con el ya famoso Pago Único que decir de los remolacheros que, además, tienen que cargar sobre sus espaldas, como dura penitencia, con una tremenda reforma de la Organización del Mercado del Azúcar que la Comisaría de Agricultura supo “colar”, y de que manera, a nuestra “querida” Elena Espinosa.
Las dudas sobre su futuro han asaltado a miles de cultivadores de esta provincia que ven como la “nómina” que les ha permitido realizar inversiones, mejorar sus explotaciones, modernizar sus maquinarias…, va a reducirse de forma drástica hasta el punto que muchos se han pensado esta campaña si sembrar o no teniendo en cuenta, sobre todo, los elevados costes de producción que tiene este cultivo (para que hablar del gasóleo agrícola que sigue disparado, batiendo todos los récord, con gran alegría para aquellos que se dedican a hacer sindicalismo de forma profesional, que firman acuerdos por presiones políticas, pero que no consumen un solo litro de carburante), sin olvidarnos del esfuerzo en cuanto a dedicación y trabajo que requiere la remolacha si se desean obtener unos rendimientos óptimos, más allá de las 100 toneladas por hectárea, y mi amigo Hilario te sitúe en la lista de los “buenos cultivadores”.
Ante esa incertidumbre, la respuesta de los agricultores ha sido tratar de ajustar al máximo nuestras siembras, evitando la producción de excedentes y de remolacha de “reporte” con cuenta a la campaña siguiente que hasta el momento era el colchón con el que se jugaba a la hora de realizar la sementera. Estos son los motivos, unidos a los recorte de cuota que ha marcado Europa que Ebro no ha aplicado pero si Acor, que sirven para explicar la reducción de la siembra que personas que conocen bien los dimes y diretes de la remolacha han cifrado en el 25% como global para Castilla y León, rondando el 15% en la provincia de Valladolid.
Siendo ya preocupante todo esto lo peor, quizás, todavía no ha llegado a las carnes de los profesionales del sector. La campaña que viene va a ser la que de verdad conozcamos las consecuencias de una reforma que, a juicio de todos, va a provocar que en el conjunto de España se tenga que reducir al 50% la producción de azúcar si se quiere “salvar”, con muchísimas comillas, a la mitad de los cultivadores que en este momento se dedican a esta actividad. En esa fecha, vamos a conocer si las fábricas que ahora parecen amenazadas van a cerrar su puertas y con ellas el futuro de muchos remolacheros que había tenido en este cultivo su medio de vida durante muchos años.
Todo el mundo, de un lado y de otro del espectro político, estiman que es en Castilla y León donde tiene futuro este cultivo, que se va a concentrar aquí el 70% de la producción nacional, que nos vamos a convertir en la “reserva espiritual” de la remolacha española… pero me vaís a permitir que sea muy escéptico en ese asunto y como hizo Santo Tomás lo compruebe y lo vea con mis propios ojo. Lo único real que, hasta la fecha, hemos visto es una brutal caída del precio que no se nos compensa de ninguna forma, es el momento de que las Administraciones se pongan manos a la obra y articulen las medidas necesarias para salvar este cultivo, con ayudas ( si es posible con fondos propios y no con los de los remolacheros como están haciendo hasta hoy, jugar con pólvora ajena es muy fácil), con apoyos a los cultivos energéticos para que las plantas de azúcar se puedan convertir en otras de bioetanol o de biodiesel… en definitiva que nos den una oportunidad de seguir haciendo lo que algunos hemos hecho siempre trabajar en el campo, en el medio rural, generando empleo y riqueza en él, asentando población…
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.