A propósito de ciertas recientes informaciones acerca de la ejecución del Plan Nacional de Regadíos, en la provincia de León y por lo que a la modernización de los mismos se refiere, conviene hacer una serie de puntualizaciones con el fin de que la opinión pública tenga una versión completa de la actual situación.
Es verdad que la “velocidad de crucero”, que en general experimenta el Plan Nacional de Regadíos en nuestro país, no se corresponde con su situación más bien relentizada en la provincia de León.
Quizá convenga saber que en la modernización de regadíos que el Gobierno de la Nación, a propuesta de la Junta de Castilla y León, ha aprobado en los tres últimos años, en ésta Comunidad Autónoma, 43 declaraciones de Interés General para otras tantas Comunidades de Regantes, de las que 13 se ubican en la provincia de León. Es decir, más del 30% de las declaraciones.
Pero este dato puede inducir a error o disminuir la preferencia que en este sentido han tenido las Administraciones con la provincia de León. En efecto si examinamos, siempre refiriéndonos a Castilla y León, el número de has. que se pueden modernizar ascienden en la Región a 149.332, de las cuales 72.360, es decir, el 48,5 % se ubican en la provincia de León. Y aún más si comparamos las inversiones de 664,54 millones de euros posibles en Castilla y León, 301,15, es decir, el 45%, se dedica a la citada provincia leonesa.
Estos son datos de base de posibilidades y ciertamente no se corresponden con las realizaciones en marcha o posibles.
Para proceder a una modernización es necesaria una voluntad mayoritaria de los agricultores miembros de una Comunidad de Regantes y que, esta voluntad, se refleje en la firma de dos Convenios: Uno con la Junta de Castilla y León, que asegura un 20% de subvención y, otro con la Sociedad Estatal SEIASA del Norte, que asegura un 19,2% de subvención europea y una financiación del 36,8% a retornar por los regantes en 25 años, después de otros 25 de carencia, sin interés ni actualización de las cantidades prestadas. La Comunidad de Regantes ha de pagar, tan sólo, el 24% de las Certificaciones de obra y otros gastos.
Si actualizáramos el dinero que la citada financiación, en las condiciones antedichas del 36,8%, vemos (sobre un 5% del interés del dinero), que la subvención total actualizada asciende a 70,60%.
Por una serie de causas en León tan sólo se han firmado los Convenios antedichos con la Comunidad de Regantes del “Embalse de Villameca” y no para una obra total sino, tan sólo, para la mejora de los canales de transporte de agua.
¿Cuáles son las causas?. Sinceramente no sabemos contestar a esta pregunta y en el año 1999 pensábamos, dadas las condiciones económicas, que se tendría una gran aceptación.
Gran aceptación han tenido, incluso en peores condiciones económicas, en otras Comunidades Autónomas y no vale la excusa que con frecuencia se esgrime de que la agricultura de ellas, tiene otras condiciones y perspectivas.
Sin salirnos de la Región en Salamanca hay declaradas 6 Comunidades de Regantes con 18.199 has. y una inversión de 96,07 millones de euros y en las 6 se han firmado Convenio, algunas están en obra y en todas el inmediato compromiso de ejecución. Igual sucede en la de Valladolid con 3 Comunidades de Regantes declaradas de Interés General, que afectan a 8.094,9 has. y 57,619 millones de euros de inversión.
Han sido decenas las reuniones y contactos que con las Juntas Rectoras de las Comunidades de Regantes y en las Asambleas Generales de éstas se han mantenido, sin que hayamos logrado un convencimiento y algunas veces hemos echado de menos, desde el propio sector, la ayuda en esta información y convencimiento de las Organizaciones Profesionales que le representan.
Es más que probable que las condiciones financieras antedichas no se repitan después del 2006 con la ampliación de la Unión a países mas necesitados que nosotros y, es más que probable, dados los actuales movimientos Internacionales, que la agricultura de nuestra Región pueda subsistir con cierta holgura si es de regadío y, aún más, si el regadío está modernizado, porque ello asegura humanización del trabajo, rentabilidad de éste, viabilidad económica y ahorro de agua.
Este último aspecto es de vital importancia en el inmediato futuro y seguramente la subvención europea responde a la consecución de ésta finalidad. Este ahorro es imposible en los actuales riegos por gravedad, donde en alguno lugares se emplea y despilfarra el doble del agua que agronómicamente sería necesario. Incluso ese exceso de agua beneficia en poco a los cultivos, cuando no les perjudica y somete a un excesivo lavado a los suelos, con la pérdida de nutrientes y la contaminación de los acuíferos subterráneos.
Finalmente y en este proceso de modernización no es necesario esperar a la elaboración de los Presupuestos de cada año, puesto que tanto la Junta de Castilla y León , cómo los Fondos Europeos y el capital desembolsado de SEIASA del Norte, aseguran la ejecución de las posibles obras antes indicadas. Es más preocupante, si no se comprometen las obras previstas, que tanto los Fondos Europeos cómo los de la Sociedad Estatal SEIASA, emigren a otra Comunidades Autónomas y para que esto no ocurra es imprescindible la positiva voluntad de los regantes. “En su tejado está la pelota”.
Pedro Llorente Martínez
Presidente de SEIASA del Norte
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