En Francia se paga desde 2001 una tasa sobre cada kilo de trigo blando que se vende, que tiene como fin remunerar a los obtentores de semillas y reforzar la mejora genética y la renovación varietal. Esta Cotización Voluntaria Obligatoria (CVO) es fruto de un acuerdo interprofesional entre los semillistas obtentores y las organizaciones agrarias, con una cuantía de 0,5 €/Tm y se recauda a nivel de la primera venta del cereal a todos los agricultores, tanto si usan semillas de reempleo como si utilizan semilla certificada, aunque en este ultimo caso la justificación de compra de semilla vale como descuento de la tasa para evitar que se paguen royalties dos veces.
El acuerdo que permitió esta cotización se deriva de la reglamentación comunitaria que obliga a que todos los agricultores paguen remuneración a los obtentores de las variedades que utilicen, aunque se trate de grano de reempleo. Del total recaudado, el 85% es para remunerar a los obtentores y el 15% para financiar programas de mejora de interés general.
El Grupo Interprofesional de Semillas (GNIS), la entidad que se encarga de gestionar este fondo acaba de comunicar que la segunda campaña de recaudación (2002/2003), el dinero recaudado ha sido de sido 8,4 millones de euros; de los cuales 1,3 millones irán a los programas de interés público. Para la campaña 2003/2004 en que la cosecha fue mala se espera recaudar una cantidad sensiblemente inferior.
Gracias a iniciativas como esta, la mejora vegetal en Francia es muy dinámica y continuamente aparecen nuevas variedades que reemplazan rápidamente a las anteriores.
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