Ciudad Real, 9 de febrero de 2003.- WWF/Adena, junto a la Fundación para la Conservación del Buitre Negro, se ha personado como acusación particular contra el titular del coto de caza “La Noguerilla”, situado en el área de Torre de Juan Abad (Ciudad Real), por usar cebos envenenados en su finca. El uso del veneno se ha convertido en los últimos diez años en un grave problema para una especie en peligro de extinción, el águila imperial. Asimismo, Ciudad Real figura como la provincia manchega en la que se dan más casos de muertes por envenenamiento de esta rapaz.
El pasado mes de junio de 2003, una patrulla del SEPRONA de la Guardia Civil de Viso del Marqués (Ciudad Real) sorprendió al imputado colocando cebos envenenados en su coto de caza “La Noguerilla”. Para mayor gravedad, en la finca, se encontraron numerosos cebos ya colocados, así como un lagarto ocelado con síntomas de haber muerto por ingerir veneno.
La finca implicada se sitúa en la comarca de Campo de Montiel. Una zona considerada como una de las áreas de mayor importancia para la dispersión juvenil del águila imperial ibérica, especie en peligro de extinción, cuya principal causa de mortalidad en los últimos años es el envenenamiento con cebos en cotos de caza. Asimismo, el área de Torre de Juan Abad, terreno en el que se encuentra más concretamente esta finca, es de vital para la alimentación del buitre negro y el águila imperial ibérica, por su situación geográfica y por su abundancia en conejo.
Cabe recordar que la utilización de cebos envenenados para la eliminación de predadores está tipificada como delito por ser un método de uso indiscriminado y gran efecto destructivo. No en vano, una vez depositado en el campo, el veneno puede ser consumido por una gran cantidad de especies.
La población de águila imperial ibérica, según el último censo realizado en 2003, no supera las 190 parejas reproductoras, y todas ellas habitan en España. Entre 1990 y 2001, WWF/Adena recopiló información sobre 59 casos de envenenamientos con cebos de ejemplares de esta especie. De ellos, 12 tuvieron lugar en Castilla-La Mancha (seis en Ciudad Real, cinco en Toledo y uno en Albacete).
En cuanto al buitre negro, España conserva su única población europea viable, con algo más de 1.000 parejas. De los 264 casos de buitres negros envenenados conocidos en nuestro país por WWF/Adena durante el mismo periodo de tiempo, 58 corresponden a Castilla- La Mancha (34 a Toledo, 22 a Ciudad Real y dos a Guadalajara). Cabe recordar que ambas especies, por sus hábitos carroñeros, son muy sensibles a la colocación de cebos envenenados.
Cabe recordar que la utilización de cebos envenenados para la eliminación de predadores está tipificada como delito por ser un método de uso indiscriminado y gran efecto destructivo. No en vano, una vez depositado en el campo, el veneno puede ser consumido por una gran cantidad de especies.
La gravedad de la utilización de cebos envenenados en provincias como Ciudad Real y Toledo motivó que WWF/Adena solicitara el pasado mes de diciembre un reunión con la Consejera de Medio Ambiente. La organización aún no ha obtenido respuesta pero espera avanzar, a partir de ese encuentro, en nuevas medidas concretas, tanto de vigilancia como sancionadoras.
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