El Consejo de Estado de Francia ha anulado la decisión del Ministerio de Agricultura de prohibir la venta de los productos que contengan la materia fipronil, que fundamentalmente es el Regent de BASF; debido al procedimiento irregular de esta decisión ministerial.
El Ministerio indicó a BASF el 16 de febrero que disponía de 10 días para hacer alegaciones a esta prohibición, que tomó el 23 de febrero, antes de que se cumpliera el plazo dado para alegar. En cualquier caso esta decisión no podrá afectar ya a esta campaña, ya que toda la semilla está tratada y vendida, y además probablemente el Estado Francés promulgue otra orden prohibiendo el producto en la que respetará las formas.
A principios de 2004 Francia decidió la suspensión de la autorización de comercialización para los insecticidas a base de la materia activa fipronil con carácter cautelar, hasta que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria tome una decisión sobre esta cuestión.
La suspensión temporal en Francia de la autorización del Regent (en España denominado Regente), así como la del Gaucho (Imidacloraprid) de Bayer, guarda relación con la supuesta relación de estos productos con episodios de mortalidad anormal de abejas, un hecho que es aseverado por determinadas organizaciones de apicultores desde hace tiempo, pero que nunca ha podido ser demostrado. De hecho, según BASF las evidencias existentes no muestran relación alguna entre este producto y la mortalidad anormal de las abejas.
El asunto del Gaucho y Regent en Francia ha pasado hace tiempo del terreno de la seguridad de los fitosanitarios al campo de la política. Desde hace años diversos grupos de apicultores franceses , en su mayor parte de la organización Confederation Paysanne (CP), cuyo líder era el activista antiglobalización José Bové, han venido asegurando que la mortalidad de las abejas ocurrida en ciertas regiones se debe al uso de estos productos, algo que no ha podido ser demostrado hasta la fecha actual. Esta cuestión ha ido degenerando en muchos casos hacia la retórica del teórico poder de las multinacionales, la globalización y el supuesto envenenamiento de la naturaleza por parte del hombre. A raíz de la campaña de las selecciones al Parlamento Europeo el diputado del partido soberanista (antieuropeo) Philippe de Villiers del partido soberanista (antieuropeo) se apuntó al carro mediático de este asunto, escribiendo el libro “Cuando las abejas mueren los días del hombre están contados” (Quand les abeilles meurent, les jours de l´homme sont comptés) en el que denuncia a las empresas de fitosanitarios, Bayer y BASF, así como al Estado Francés por complicidad con el supuesto envenenamiento de las abejas.
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