Martes, 14 de marzo de 2006. El Gobierno de Navarra, en su sesión del pasado lunes aprobó un acuerdo que ha sido trasladado al Ministerio de Medio Ambiente español, a las comunidades de Aragón y Cataluña, a los Ministerios de Medio Ambiente de Andorra y Francia y las Juntas de los Valles de Aezkoa, Salazar y Roncal, en el que pone de manifiesto su preocupación por el inicio del proceso de reintroducción del oso pardo en el Pirineo sin una adecuada concertación con las entidades y población local y un marco financiero que permita a las comunidades autónomas pirenaicas afrontar las medidas necesarias de minimización de afección y, en su caso, compensación de daños que la iniciativa del Gobierno francés pueda dar lugar.
Así lo ha explicado esta tarde el consejero de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda, José Andrés Burguete Torres, a los presidentes de las juntas generales de los valles de Aezkoa, Félix Jamar Jáuregui; Roncal, Agapito Boj Gárate; y de Salazar, María Luisa Tanco de Carlos, durante el transcurso de una reunión que han mantenido para tratar la reintroducción del oso pardo en el Pirineo.
El consejero Burguete ha señalado que el Gobierno de Navarra ha participado desde el primer momento en cuantos foros se han organizado con el objetivo de elaborar un Plan para la reintroducción del oso. Ha vuelto a manifestar, como lo ha hecho repetidamente desde que surgió la iniciativa, la necesidad de que este proceso esté guiado por la concertación. Asimismo, el consejero de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda ha recordado que España, Francia, Andorra, Navarra, Catalunya y Aragón crearon un comité científico para llevar a cabo de forma coordinada un nuevo plan de recuperación del oso pardo. El 11 de febrero de 2005 se celebró una reunión en Barcelona, a la que asistieron representantes de alto nivel de los países y comunidades antes mencionados, donde se planificó un plan de trabajo que contemplaba en primer lugar los aspectos técnicos, para pasar inmediatamente al plano político, sin descuidar en ningún momento, el análisis presupuestario.
Desde el primer momento, tanto los técnicos del Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda como otras instancias a nivel político, han venido manteniendo diversas reuniones para consensuar un Plan de Acción que permitiera la reintroducción del oso. Ante la falta de resultados positivos, y advirtiendo que los medios de comunicación adelantaban las intenciones de realizar la reintroducción en breve plazo, el consejero Burguete remitió en dos cartas, una a la ministra de Medio Ambiente española y otra a la ministra de Ecología de Francia, un acuerdo de la Juntas Generales de Roncal y Salazar sobre la necesaria participación de agentes sociales así como la adecuada dotación económica.
Ha sido en el día de hoy, cuando el Ministerio de Medio Ambiente español ha remitido un borrador de memorando para que los responsables autonómicos aporten sugerencias a dicho documento o manifiesten sus discrepancias, con el objetivo de proceder a su firma cuando se alcance un objetivo que satisfaga a todas las partes, en el que las entidades locales y los gobiernos autonómicos tengan voz y voto, con el fin de evitar acciones unilaterales que solo consiguen desvirtuar la tarea de reintroducir el oso, encrespar los ánimos de quienes habitan en esas zonas y sembrar de dudas el futuro inmediato. Así mismo, hoy es el día en el que hemos conocido por los medios de comunicación, cuales son los lugares concretos elegidos para soltar los osos eslovenos en el macizo pirenaico.
El oso pardo (Ursus arctos) es una especie catalogada en peligro de extinción tanto por el Decreto Foral de 27 de marzo de 1995, como por el Real Decreto de 30 de marzo de 1990 por el que se aprobó el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Por su parte, la Directiva Europea de 21 de mayo de 1992, relativa a conservación de los hábitats naturales y de la fauna y la flora silvestres, considera esta especie como de interés comunitario para cuya conservación es necesario designar zonas especiales.
El 13 de febrero de 2004, el consejero Burguete firmó la Orden Foral por la que se actualizaba el régimen de compensación y el baremo de indemnización por la presencia del oso en Navarra. La Comunidad Foral es la región europea que destina la mayor partida presupuestaria para compensar los daños producidos por los ataques del oso. En el año 2005, con 7 ataques contabilizados con un balance de 16 ovejas muertas, las indemnizaciones a dos ganaderos fueron de 3.794 euros, mientras que entre 20 ganaderos se repartieron compensaciones por valor de 71.468 euros en total.
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