Madrid 13 de octubre de 2006. El IMIDRA ha recibido del INIA 105.229 euros donde financia tres proyectos para recuperar vides silvestres de España; tipificará variedades locales de judía de la Comunidad de Madrid e identificará y caracterizará levaduras no-Saccharomyces de distintas regiones vitivinícolas españolas. Los recursos genéticos en la agricultura son clave para la seguridad alimentaria.
Esta ayuda del INIA se suma a los más de 150.000 € anuales que el IMIDRA dedica a la conservación de recursos fitogenéticos y de germoplasma anualmente.
El Tratado internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura constituye un paso decisivo para garantizar la seguridad alimentaria de la humanidad y puede ser considerado un hito histórico en la cooperación Norte-Sur, según subrayó la FAO. El Tratado es un instrumento jurídicamente vinculante que fue negociado por los países miembros de la FAO y entró en vigor en junio de 2004, al culminar un largo proceso iniciado en los años setenta. Su objetivo es salvaguardar la diversidad genética de las plantas cultivadas: un patrimonio de vital importancia para las generaciones futuras, y del que se calcula que las tres cuartas partes se han perdido durante el último siglo. A lo largo de la historia, el ser humano ha utilizado cerca de diez mil especies vegetales para alimentarse, pero hoy en día poco más de un centenar constituyen la base de nuestra alimentación, debido a la introducción de un reducido número de variedades comerciales modernas y enormemente uniformes.
Por vez primera se reconoce que han sido los pequeños agricultores tradicionales de todas las regiones del mundo los que más han contribuido durante milenios a la conservación de la diversidad biológica agrícola y continúan siendo hoy sus principales custodios. Los recursos genéticos constituyen la materia prima que los agricultores y los científicos necesitan para desarrollar nuevas variedades que permitirán a la humanidad hacer frente a potenciales desafíos como plagas en las plantas, cambios del clima, y también para enriquecer la dieta alimentaria.
La FAO considera el Tratado esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en particular el 1, la erradicación del hambre y la pobreza extrema, y el 7, que se refiere a garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
El IMIDRA en sus fincas está trabajando en la conservación y tipificación de vides silvestres para ello se van a recolectar diferentes recursos fitogéneticos y posteriormente se van a tipificar dentro del Banco de Germoplasma de Vid que se situa en la Finca Experimental El Encín; donde se conservan 2.726 accesiones de vid, siendo está colección la más importante de España y la tercera del mundo.
Otro ejemplo es la judía (Phaseolus vulgaris L.) que es un cultivo originario de Sudamérica, fue introducida en Europa por los españoles en el siglo XVI. Durante todo este tiempo de cultivo, y a consecuencia de la selección realizada por los agricultores se han generado multitud de variedades locales, con características y peculiaridades propias, de las cuales, algunas de ellas han alcanzado gran prestigio debido a sus propiedades organolépticas. Actualmente, esta riqueza en biodiversidad se está perdiendo por el uso generalizado de unas pocas variedades comerciales mas productivas y por el abandono de la actividad agrícola en muchas zonas de España. Con objeto de evitar la pérdida de biodiversidad, el IMIDRA inicio una campaña de prospección, recolección y conservación de variedades locales de judía en la Comunidad de Madrid.
Dentro de la biodiversidad también estamos trabajando en la Identificación y caracterización de levaduras no-Saccharomyces de distintas regiones vitivinicolas españolas; el IMIDRA conserva ya una colección de levaduras tipo Saccharomyces.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.