Toledo, 26 de enero de 2007. La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha ha rechazado la propuesta para la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) de frutas y hortalizas por considerar que perjudica los intereses del sector y ha anunciado que convocará próximamente a su sectorial hortícola con el fin de analizar detalladamente su contenido y determinar qué repercusiones tendrá para los productores castellano-manchegos.
No obstante, en una primera valoración, ASAJA de Castilla-La Mancha ha señalado que la propuesta que plantea la Comisión Europea mantiene los mismos elementos que han fracasado en la anterior reforma y, sin embargo, omite otros aspectos dirigidos a mantener unas rentas dignas a los productores, unos precios asequibles a los consumidores y evitar que productos con menores garantía de trazabilidad, seguridad alimentaria y respeto al medioambiente compitan en igualdad de condiciones con nuestros productos.
En este sentido, la Organización asegura que la propuesta comunitaria mantiene la concentración de la oferta a través de las Organizaciones de Productores que, hasta ahora han sido el eje de la OCM y cuyo fracaso ha sido notorio, no sólo en cuanto a resolver los problemas del sector, sino también por no haber sido capaces de concentrar la producción en un grado suficiente ni regular el mercado.
En opinión de ASAJA de Castilla-La Mancha, una prueba evidente de que el sistema de comercialización no ha funcionado es que no se ha llegado al 6 por ciento del presupuesto para las Organizaciones de Productores porque las actuales no han podido justificar las ayudas recibidas que consistían en un 4 por ciento sobre el volumen de gastos de funcionamiento, gestión, etc.
En Castilla-La Mancha, las únicas ayudas que han percibido los productores son las canalizadas a través de las OPFHs, razón por la que ASAJA de Castilla-La Mancha ha demandado que con la reforma las ayudas llegaran al productor y fuera éste quien con su contribución fortaleciera los mecanismos de mercado.
Otro elemento de la propuesta comunitaria que afectará a las frutas y hortalizas de Castilla-La Mancha se refiere a la posibilidad de producir estos productos en las tierras donde se siembran cultivos con derecho a las ayudas PAC. La Organización asegura que esta medida producirá una dispersión del cultivo e insiste en que deberían arbitrarse mecanismos preferenciales para los cultivadores tradicionales.
ASAJA de Castilla-La Mancha considera que con esta propuesta se pierde una oportunidad de oro para conseguir una reforma que “mire” por los agricultores ya que, hasta la fecha, han sido los grandes paganos de la historia y señala el intenso trabajo que ahora queda pendiente para el Ministerio de Agricultura y las Comunidades Autónomas en beneficio del sector.
La Organización ha destacado la difícil situación del sector hortícola en donde los precios a los productores son con mucha frecuencia muy bajos, en algunos casos por debajo de los costes mientras que los precios al consumidor son elevados, percibiéndose las frutas y hortalizas como un producto caro. Esto ocurre –según ASAJA- porque los gestores de la comercialización de estos productos y la distribución se quedan con la mayor parte de su valor añadido, y mientras que las exigencias de la producción en la Unión Europea son cada vez mayores (trazabilidad, condiciones medioambientales etc.), suponiendo mayores costes, cada vez se importa más producto de terceros países que no tiene estas obligaciones, quedado en entredicho el principio de preferencia comunitaria y la garantía de trazabilidad y seguridad alimentaria de los productos que se ofrecen al consumidor.
Según ASAJA de Castilla-La Mancha, esta reforma debería contemplar aspectos que realmente interesan al sector como los seguros de costes, la regulación de las prácticas comerciales de las distribución y la protección frente a la competencia de países terceros, entre otros puntos, además de reconducir las ayudas directas a los agricultores teniendo en cuenta lo que la Unión Europea determinó sobre el futuro de la Política Agraria Comunitaria en 2003.
Asimismo, la Organización considera que los fondos operativos deberían ser compatibles y complementarios con las ayudas de desarrollo rural. El Fondo Europeo de Desarrollo Rural –FEADER- deberá mirar de forma prioritaria a los productores de frutas y hortalizas de Castilla-La Mancha respecto a la distribución de los fondos.
En Castilla-La Mancha esta reforma afecta a cultivos como el melón, el ajo, la cebolla, el champiñón y el albaricoque que representan alrededor del 40% de la producción nacional.
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