Investigadores del Centro Médico Mount Sinai, una de las instituciones médicas más prestigiosas de EEUU, han publicado un trabajo en el que concluyen que la forma en que se preparan y consumen los alimentos es tan importante como el alimento mismo, en cuanto a su salubridad.
El estudio establece el contenido de los alimentos en los denominados Productos Finales de la Glucosilación Avanzada (PFGA o AGEs) una clase de toxinas que es absorbida por el organismo y que está presente sobre todo en productos animales asados, fritos o a la parrilla, así como en cualquier producto esterilizado o pasteurizado. Estos AGEs están presentes en el organismo dependiendo de su contenido en la dieta y están relacionados con inflamación, resistencia a la insulina, diabetes, enfermedad vascular y Alzheimer.
Los autores del estudio indican que un consumo excesivo de alimentos cocinados de esta forma puede acelerar el desarrollo de estas enfermedades y que su contenido en AGEs se debería indicar en los alimentos como información para el consumidor, igual que se hace con la sal o con determinados tipos de grasas.
Los investigadores recomiendan como alternativa para prevenir el exceso de AGEs la cocina al vapor, cocidos y guisos. Reducir a la mitad el consumo de AGEs puede tener un importante efecto de aumentar la salud y la esperanza de vida.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.