Las gallinas que son alimentadas con dietas con bajo contenido en energía y alto de polisacáridos no amiláceos solubles (NPS) de partícula gruesa gastan más tiempo en comer que las gallinas que se alimentan con una dieta con un contenido normal de energía o con dietas bajas en NPS. No obstante, estas diferencias en las dietas no modifican el comportamiento de las gallinas en cuanto a sus picotazos en las plumas. A estas conclusiones han llegado unos investigadores del Grupo de Ciencias Animales de la Universidad de Wagenigen (Países Bajos).
En el estudio se tomaron 588 ponedoras ISA Brown y se analizó el efecto de la energía de la dieta (11, 8 versus 10.6 MJ/kg) y la concentración de NSP (133 versus 195 g/kg), así como el tamaño de la partícula de la fracción de NSP (fina versus grosera) en el comportamiento de la gallina en la ingesta, picado de plumas y la producción de huevos. Las gallinas se analizaron desde las 18 a las 40 semanas de edad.
La reducción de energía, la adición de NSP y el molido de NSP aumentó la media del tiempo de ingesta, en un 14,2%, 17,2% y 7,9%, respectivamente. El nivel de volumen de comida no se modificó por la concentración de energía ni por el tamaño de la partícula, pero la adición de NSP descendió el volumen de ingesta en un 21%.
Los tratamientos en la dietas no afectaron al estado de las plumas, ni al peso de las gallinas ni a la producción de huevos. Las gallinas que se alimentaron con dietas normales de energía mostraron menor tasa de mortalidad si las dietas se suplementaban con alto contenido en NSP ( (31.6 versus 44.1%). Por el contrario, con dietas con bajo contenido de energía, la mortalidad descendía cuando las gallinas se alimentaban con dietas bajas en NSP (13.1 versus 28.6%) (P=0.071).
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