En un toro de Rubia de Aquitania de los Países Bajos, se ha confirmado un caso nematodo parafilaria bovicola. El animal fue importado de Francia, en el mes de noviembre pasado, por un ganadero de Groninga, según publica el Boletín Exterior del MAPA. El toro, en cuestión, permaneció siempre bajo control de la autoridad sanitaria y, finalmente, fue sacrificado.
Con anterioridad, esta enfermedad no se había detectado en los Países Bajos. No es contagiosa al hombre, pero en el animal produce dolor y picor, al crearle unos nódulos hemorrágicos y lesiones subcutáneas e intramusculares. Es una enfermedad costosa de tratar y además, el tratamiento no detiene la difusión del nematodo. En Suecia, hace unos años apareció un primer caso, también como consecuencia de una importación, pero no se consiguió controlar la enfermedad.
La parafilaria es un gusano que se aloja en el tejido subcutáneo y pone los huevos en la superficie de la piel, alcanzando esta localización después de atravesar la dermis y epidermis del animal infectado y produciendo un pequeño flujo de sangre durante cierto tiempo. Dicho flujo vehicula las larvas que pueden servir de alimento a moscas vectores, donde adquieren capacidad infectante, que las transmiten a otros animales vacunos. De esta forma llegan las microfilarias al cuerpo del siguiente animal, transmitidas por los vectores, normalmente en los puntos de sangría, donde vuelven a desarrollarse de nuevo, en estado de gusano, bajo la piel.
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