La propuesta limita la intervención, pone los medios para que los agricultores que no sean capaces de afrontar el mercado puedan abandonarlo, y establece como eje principal la conquista de nuevos mercados y la exportación, con incentivos suficientes. Por otra parte se adapta la parte legislativa a las nuevas tendencias del mercado, pudiendo responder a la demanda y a la información para los consumidores, mediante una reforma de las normas de etiquetado. Reconoce también que las prácticas enológicas son objeto de constante revisión y concertación internacional. Finalmente se adapta al sistema de protección de las indicaciones geográficas con mayor transparencia.
“Europa es la primera potencia mundial del vino y, dentro de Europa, España tiene una gran oportunidad. La propuesta asume gran parte de nuestras aspiraciones, es necesario adaptar la política vitivinícola europea a la realidad del mercado, la Comisaria ha captado bien nuestra ambición, al tiempo que se ha dado cuenta de que Europa se ha ido quedando atrás.” Ha declarado Ignacio Osborne, Presidente de la FEV.
Sin embargo la FEV considera que propuesta no llega a plantear soluciones de suficiente ambición para dar al sector todas las armas para competir en el mundo, en particular:
– La propuesta mantiene la prohibición de plantaciones hasta 2014
El sector necesita de la máxima flexibilidad, y la prohibición mantiene un sistema de derechos de muy difícil y complicada gestión, nuestra organización mantendrá la exigencia a la terminación de este periodo al año 2010, tal como está previsto en la actual normativa. Esto no supone una merma de capacidad de los Consejos reguladores a poder controlar su propio potencial de producción, que deben seguir gestionando, y por otra parte la decisión de arranque debe ser una opción libre para aquellos viticultores que deseen irse del sector.
– Ausencia de una verdadera estrategia comercial con los medios apropiados
– Aunque la FEV ve muy bien que se destinen fondos a la promoción exterior, la aplicación de esta línea presupuestaria puede ser ineficaz a no ser que se desvincule del los sobres nacionales, y se eliminen las exigencias de los actuales reglamentos de promoción que han demostrado ser una traba burocrática insuperable para el buen destino de los fondos.
– La especificidad de la OCM del Vino no está suficientemente consolidada en una serie de cuestiones fundamentales:
o El etiquetado, presentación y designación de vinos asegurando al mismo tiempo la libre circulación de mercancías en la UE.
o Un reconocimiento de las organizaciones sectoriales que han demostrado la capacidad de autorregulación (en nuestro país los Consejos Reguladores)
o Un mejor seguimiento económico del mercado mediante instrumentos adecuados y presupuesto suficiente.
“Ante el riesgo de dispersión de etiquetados nacionales y de advertencias al estilo de las cajetillas del tabaco, todas ellas distintas y en idiomas diferentes, la Comisión debe asegurar al sector del vino que los productos elaborados y etiquetados en un estado miembro productor circulan libremente en todo el territorio europeo. No podemos asistir a una pelea de competencias en esta materia, la Comisión Europea es la guardiana de los Tratados y debe asegurar que el mercado único funciona” ha declarado Ignacio Osborne.
Madrid 4 de Julio de 2007
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