El pasado 27 de noviembre se reunieron los expertos de las empresas asociadas a ANSEMAT, (Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria, Forestal y de Espacios Verdes), que comercializan equipos destinados a las labores de siembra, abonado y plantación, desde arados, chisels y gradas, pasando por cultivadores, fresas, sembradoras, plantadoras, trasplantadoras, abonadoras o trituradoras.
Los miembros de esta comisión suponen un mercado que supera el 60% del total nacional.
De optimista se podría calificar la situación del mercado nacional de este tipo de maquinaria, optimismo inducido por la aparente buena situación y la bonanza económica de la que parecen hacer gala los agricultores. El precio de los cereales, las buenas, (o excelentes), cosechas de cereal, girasol o maíz han venido a inyectar activos monetarios al sector y por tanto la inversión o los costes de producción en maquinaria agrícola han experimentado un aumento en este tipo de máquinas.
Observando la situación en perspectiva se ha de tener en cuenta que en años anteriores la tendencia era mucho más pesimista y sin embargo en este año se han observado cambios que parece dirigir al sector a un clima de aparente calma, estabilidad cuando no de optimismo.
¿Qué factores han podido influir en el cambio?
Como ya se ha venido advirtiendo desde ANSEMAT, parece que el nivel del agricultor, (y por ende de la agricultura), ha crecido en España de una forma importante en los últimos tiempos.
Desde el punto de vista de la Asociación el nivel de mecanización en el campo español ha crecido y sigue haciéndolo en todos los sectores. El sentimiento empresarial en el campo poco a poco va aumentando y la profesionalización también. Una buena muestra de ello son las cada vez más numerosas empresas de servicios.
En lo referido expresamente a la maquinaria de preparación del suelo, se han observado una serie de factores “externos” que han podido, de alguna manera beneficiar al mercado de este tipo de maquinaria. Uno de los más claros, y curiosos por otra parte ha sido el de la plaga de topillos en tierras castellanas que ha aumentado el uso del chisel y el cultivador. El uso de este tipo de maquinaria ha procurado un alivio para los agricultores ya que la profundidad de trabajo se ha mostrado determinante a la hora de destrozar las madrigueras de los animales. Este efecto positivo no ha tenido otro negativo y es que el uso de ese tipo de maquinaria no ha ido en contra de la maquinaria de siembra directa.
En cuanto al trabajo de las empresas casi todas se han visto desbordadas en cuanto a las peticiones y lo más positivo en este aspecto ha sido que los pedidos no se han anulado pese a que existe retraso en la entrega. Parece que la demanda ha pillado por sorpresa a propios y extraños, debido al sentimiento generalizado de descenso en las ventas que estaba en el ánimo de casi todos.
En este sentido se han podido observar dos momentos diferenciados a lo largo del año uno en la precosecha y otro en la postcosecha para el trabajo de las empresas de maquinaria, dándose la situación de que la precosecha ha resultado bastante floja en cuanto al trabajo y el siguiente periodo ha sido de un exceso del mismo.
La situación coyuntural inclina a pensar que la situación de ajuste de debe dar en al menos 3-4 años, con lo que se espera de manera general que se mantenga un sentimiento optimista en el agricultor, de cara a la compra de maquinaria.
Situación coyuntural
Coyunturalmente son varios los aspectos a tener en cuenta:
En estos momentos el cambio euro-dólar nos beneficia ampliamente pese al aumento del precio del petróleo y de hecho en muchas ocasiones para las producciones no se tiene en cuenta esa misma fortaleza a la hora de los contratos.
Los contratos para la próxima campaña ya se están cerrando a unos precios muy altos, con lo que la inercia positiva parece refrendarse con hechos.
Además existe un sentimiento generalizado de que el Biodiesel puede ser otra buena piedra de toque si el precio del petróleo sigue subiendo. Ya se han visto en algunos cultivos como girasol, (situación que se ha expuesto un poco más arriba).
Coyunturalmente existe un problema del que dependemos invariablemente y sobre el que no se tiene control alguno, (al menos de momento), como es la climatología. Por el momento parece que la aparente sequía, la falta de precipitaciones y un invierno templado no están beneficiando a los agricultores, pero habrá que ver las consecuencias un poco más adelante y sobretodo la evolución del tiempo.
Otro problema coyuntural será la llegada en Europa de las producciones de los países del Este, países que encuentran muy atrasados en la mecanización del campo y que lo están remediando a marchas forzadas.
Los protagonistas, los agricultores, están contentos y eso se nota. Pese a las subidas de los precios de abonos, semillas y sobretodo combustible.
Pese a todo el agricultor está animoso y se siente importante y eso lleva a una inercia positiva en todos los aspectos
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