Brasilia, 12 de abril de 2008 – ¿Qué elementos se deberían considerar en una nueva generación de políticas de reforma agraria y desarrollo rural? Esta es una de las preguntas que serán abordadas en la Mesa Redonda “Seguimiento a la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRADR)” que se desarrollará durante la 30a Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, en Brasilia, Brasil, desde el 14 al 18 de abril.
La CIRADR se reunió en 2006, en Porto Alegre (Brasil), tres décadas después de la Conferencia Mundial de la FAO sobre el mismo tema llevada a cabo en Roma en 1979, y contó con la participación de 96 países y más de 150 representantes de organismos de la sociedad civil de todo el mundo. En Porto Alegre, los participantes reafirmaron “el importante papel que tiene la reforma agraria en el desarrollo rural sostenible que incluye, entre otros, la promoción de los derechos humanos, la seguridad alimentaria, la erradicación de la pobreza y el fortalecimiento de la justicia social”.
La 30a Conferencia Regional de la FAO presenta una nueva oportunidad para avanzar en este tema, que es fundamental para ayudar a la superación de la pobreza rural, y en la elaboración de un Plan de Acción para la implementación de las recomendaciones de la CIRADR. Sentar las bases conceptuales para una nueva reforma agraria, adaptada a los desafíos del siglo XXI y a cada uno de los contextos locales de la Región es la meta que se han fijado los representantes de los 33 países de la Región, con amplia participación de los movimientos sociales involucrados.
Ejes centrales para una nueva generación de políticas
El documento que será presentado en la Conferencia plantea una serie de ejes que la FAO considera fundamentales para el desarrollo de una nueva reforma
agraria:
(a) La participación: principio esencial para el diseño e implementación de políticas de desarrollo rural.
(b) Acceso y manejo sostenible de los recursos naturales y productivos.
(c) Políticas específicas para mujeres, jóvenes y comunidades indígenas y afro-descendientes.
Plan de Acción 2008/2010
En el actual contexto, la reforma agraria no se limitaría exclusivamente a la redistribución de tierras y recursos naturales, sino que debería ir acompañada de políticas que aborden de manera integral el acceso y la seguridad de la tenencia sobre dichos recursos y su administración, sustentadas en los principios de diversidad y participación, lo que implica otorgar a los actores públicos y privados, mediante mecanismos de concertación y diálogo, el liderazgo en el desarrollo de sus respectivos territorios.
Con esto en mente, la FAO plantea ciertas líneas de acción para formular un Plan de Acción para darle seguimiento a la CIRADR:
· Fomentar la capacitación para el diálogo entre actores de diferentes
territorios
· Promover la formulación de una nueva generación de políticas, programas y
proyectos
· Fortalecer y promover redes de diálogo e intercambio de experiencias a
nivel subregional y regional
· Apoyar la creación de una plataforma comunicativa regional
· Establecer y ampliar las alianzas con organismos especializados en la
temática de tierras, como agencias internacionales, institutos y universidades.
La Reforma Agraria en América Latina
Las reformas agrarias en América Latina fueron parte de reformas radicales más amplias. Durante los años 60 y 70 recorrieron la Región con diferentes intensidades y ritmos. La reforma se enfrentaba a un sector agrícola económicamente ineficiente y socialmente injusto, siendo el principal objetivo de estas reformas modernizar el campo, organizando empresarialmente la producción y aumentando la productividad, redistribuyendo los latifundios improductivos a favor de los minifundistas y de trabajadores sin tierra. Sin embargo, la experiencia terminó demostrando que la redistribución de la tierra es insuficiente para sacar de la pobreza a las familias rurales:
adicionalmente se requiere el acceso a otros recursos naturales y productivos y a servicios financieros y no financieros.
La Reforma Agraria en el siglo XXI
Si se analizan los procesos de reformas agrarias que se realizan en la actualidad en Bolivia, Brasil, Paraguay y Venezuela se puede plantear que, en varios casos, se busca implementar ajustes a las reformas, con distintos grados de intensidad, tomando en cuenta las lecciones derivadas de las reformas agrarias tradicionales.
El tema de la concentración, no sólo de la tierra sino del conjunto de recursos productivos que existen en el campo, marca una diferencia fundamental con la situación que prevalecía incluso antes de la reforma agraria tradicional. En la actualidad se observa la presencia de grandes complejos agroindustriales usando alta tecnología, muchas veces ligados a empresas transnacionales y con estrechas vinculaciones con los mercados globalizados.
Para muchos no corresponde entender la reforma agraria actual bajo los paradigmas del pasado sino desde una perspectiva renovada que requiere de políticas integrales y que resulten pertinentes a los contextos sociales, políticos y culturales de cada país.
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