Madrid, 3 de junio de 2008. En la última década grandes grupos de tendencia liberalizadora han comenzado una campaña de desprestigio de la agricultura y ganadería europea, creando una imagen de la PAC, como política excesivamente protectora de la producción agrícola y ganadera, donde se apoyaba la existencia de almacenes llenos de cereales o de leche en polvo.
Hace pocos meses los grupos “anti-PAC”, acusaban a los agricultores y ganaderos europeos de causar la ruina de millones de productores en los países subdesarrollados y en desarrollo, porque debido al nivel de apoyo de los productos europeos, estos inundaban los mercados internacionales con productos a bajo precio y provocaban un descenso de los precios de los productos agrarios de esos países en vías de desarrollo.
Varios meses después la situación mundial de los mercados agrarios se encuentra en una situación totalmente diferente, donde la existencia de cosechas por debajo del consumo nos ha conducido a unos niveles de stocks extraordinariamente bajos.
Hoy más que nunca es necesaria una apuesta decidida por la agricultura y la ganadería como actividad productora de alimentos, que permita alcanzar el objetivo marcado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, de duplicar la producción mundial de alimentos en las próximas dos décadas, con objeto de contrarrestar el fuerte crecimiento de la población mundial (de 2500 a 6100 millones de personas en medio siglo y unas previsiones de 8000 millones en 2025).
Nos enfrentamos al desmantelamiento del sector agrario cuando más lo necesita la sociedad europea. No podemos permitir que la tendencia liberalizadora que reina en la Unión Europea acabe con los cimientos de ese trabajo y deje a los 500 millones de ciudadanos europeos a expensas de la volatilidad y la especulación que caracteriza a los mercados internacionales.
Igualmente como denuncia la Federación Internacional de Productores Agropecuarios (FIPA), de la que forma parte UPA,”…Una ilustración de la inadecuada atención que está recibiendo la actual escasez de alimentos la da el hecho de que algunos países pagan más caro los cereales de importación que el precio que abonan a sus agricultores por la producción local. India, por citar un ejemplo, paga el doble por el cereal importado que por el adquirido a sus propios agricultores. ¿Sirve esto de apoyo a la economía nacional y a los agricultores y promueve la seguridad alimentaria?..”
En este sentido UPA está participando durante esta semana en el 38º Congreso Mundial de los Agricultores, que la FIPA está organizando en Varsovia, donde sin duda se analizarán las conclusiones de la Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria que celebra la FAO estos días en Roma.
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