La lluvia puede estropear fácilmente la henificación de la hierba, ya que la humedad favorece la aparición y crecimiento de los hongos. Estos consumen los nutrientes del heno y provocan pérdidas de materia seca. Además, las esporas pueden provocar problemas respiratorios.
Expertos de la administración agraria de la provincia canadiense de Ontario recomiendan la adición de ácido propiónico en las balas húmedas, debido a sus propiedades de fungicida y de inhibidor del crecimiento de los microorganismos aeróbicos.
La cantidad de ácido que se tiene que aplicar va a depender del tamaño de la bala y de su contenido de humedad. Por este motivo, es preciso conocer la humedad exacta, para lo que habría que usar un medidor electrónico de humedad. Algunos fabricantes de ácido propiónico indican en el etiquetado del producto que se puede adicionar hasta con un 35% de humedad. No obstante, los expertos no aconsejan cantidades tan elevadas porque aumenta el riesgo de que balas se calienten y estropeen, además, el uso de una mayor cantidad de producto hace menos rentable su utilización. Lo usual es no exceder el 25%.
El acido se puede disipar en 4-6 meses. En condiciones desfavorables, este periodo puede ser inferior al necesario para que la humedad sea lo suficientemente baja. Es recomendable que no se almacene el heno seco tratado y sin tratar en contacto directo uno con otro, debido a que la humedad puede migrar al heno seco.
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