En EEUU, en los últimos 30 años se ha triplicado el consumo de carne de pollo, como consecuencia de décadas de expansión de la producción y la productividad. Por ello, las explotaciones de broilers son muy especializadas y la mayoría funcionan bajo la fórmula de contratos de integración. El Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) ha realizado un informe sobre el sistema de contratos en broilers, en base a una encuesta a 1.568 granjas, todas ellas con más de 1.000 plazas de broilers.
El estudio ha mostrado que la duración de los contratos puede ser muy variable. Actualmente predominan los contratos muy cortos. El 45% de los encuestados tenían contratos que cubría solo los animales presentes en la explotación (de 5 a 10 semanas).Un 8% de los encuestados tenía contratos que duraban más 7 años, pudiendo llegar hasta duraciones de 15 años. Con independencia de la duración de los contratos, la relación de los granjeros con el integrador suele ser duradera. Como media, el granjero suele estar con el mismo integrador unos 13 años.
Los contratos más largos normalmente se ofrecen a los nuevos granjeros y a las explotaciones más grandes. El 40% de los nuevos granjeros tienen contratos de más de 5 años, mientras que solo el 6% de las granjas con 20 años de antigüedad tienen este tipo de contrato.
La posibilidad de elegir integrador suele ser escasa. Casi un 25% de los encuestados informaron que en su zona solo había un integrador, el 29% señaló que 2 y un 22% que se podía elegir entre 3 integradores.
Debido al alto grado de especialización de las granjas de broilers, los ingresos obtenidos vía los contratos de integración suponen el 85% del total de ingresos de la explotación (el total de ingresos también incluye ayudas de la administración, arrendamiento de tierras, alquiler de maquinaria, entre otras).
Las percepciones económicas del granjeo dependen normalmente del peso que alcancen los pollos, de forma que el que obtiene más peso, consigue más precio. Como media, las granjas donde se obtienen las aves más grandes reciben unos 25 céntimos/ave frente a los 13 céntimos/ave que obtienen las que consiguen los broilers de menos peso. Como media, el granjero percibe unos 7,3 céntimos de euro por kilo vivo.
El 40% de los encuestados señalaron que no utilizaban promotores del crecimiento y un 30% señaló que no lo sabía dado que el pienso lo proporcionaba el integrador. Un 85% respondieron que su sistema de producción era “todo dentro, todo fuera”. El 70% señaló que el integrador les hace seguir determinadas normas de bienestar animal.
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