Málaga, 20 de octubre de 2008. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) en Málaga se ha visto de nuevo obligada a denunciar robos en el campo malagueño. En esta ocasión, los ladrones se están centrando en la zona de Antequera y su objetivo son los cables de cobre de los pivots, sistemas de riego utilizados en las labores agrícolas. Los discos de grada, contrapesos de tractores y aperos de labranza también se están convirtiendo en los últimos días en objeto de robo. Tanto es así, que ASAJA ha solicitado una reunión con el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, para ponerle al corriente de los hurtos y solicitar que se extreme la vigilancia en la zona.
Aunque resulta difícil cuantificar el coste que han supuesto los robos, Carlos Carreira, técnico de ASAJA en su sede antequerana, asegura que ya conoce seis casos de robos de cable de pivots. Los metros de cable sustraídos varían en función del radio que tenga cada sistema, pero puede oscilar entre 100 y 400 metros. En cualquier caso, explica el técnico, reponer el cableado supone un desembolso económico que ronda entre 4.000 y 6.000 euros.
La tranquilidad amenazada
Los agricultores de la zona han visto así como la tranquilidad del último año se ha visto de nuevo truncada. Según recuerda Carreira, los agricultores estuvieron sometidos, hace dos años, a ataques continuos contra su propiedad. Finalmente, la Guardia Civil desarticuló una banda que vendía la chatarra robada en los alrededores de Segovia.
Hace menos de un mes que los robos vuelven a quebrar la seguridad de las explotaciones. De hecho, además del cable de cobre, los ladrones se están llevando también materiales de hierro para venderlos posteriormente como chatarra. “Han venido muchos asociados alertando de este tipo de robos: discos de grada, contrapesos de tractores, aperos de labranza… Se está creando una sensación de inseguridad muy grande entre los agricultores”, relata Carreira.
De hecho, los cacos de la zona no se amedrentan con facilidad. Según ha relatado un agricultor, un grupo de ladrones se adentró en una finca para llevarse los aperos. El hermano del agricultor, que se encontraba allí, abortó el robo pero los ladrones le advirtieron que “aunque ahora se iban a dar media vuelta ya volverían en otro momento”. En otra ocasión, relata otro de los afectados, el encargado no pudo impedir que los ladrones abandonaran la idea de llevarse el hierro que encontraron en su finca y lo sustrajeron delante de él.
Por esta razón, ASAJA recomienda a los agricultores de la zona que, aunque resulte engorroso, intenten no dejar sus aperos ni material de hierro a la vista. Y que, por supuesto, denuncien los hurtos. “La mayoría de las veces estos robos no se denuncian porque por 50 kilos de chatarra el agricultor no puede perder el tiempo en trámites”, comenta Carlos Carreira mientras anima a los agricultores a vencer la pereza y acudir a comisaría, ya que es la única manera de que se constate la necesidad de reforzar la vigilancia.
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