Muchos son ya los meses que agricultores y ganaderos llevamos soportando la agónica crisis de precios que asola al sector agropecuario. El hundimiento generalizado de los precios agrarios, la falta de rentabilidad en las explotaciones y los consecuentes desequilibrios financieros que sufren los productores son motivo de grave preocupación para Jóvenes Agricultores Alicante, máxime ante la actitud del Ejecutivo, que parece ajeno a esta situación y se muestra impasible ante la inminente desaparición del sector primario. No aceptamos esta inactividad, esta indiferencia hacia unos trabajadores que se dejan la piel para seguir manteniendo la huerta alicantina.
La única forma que atisbamos de encontrar una salida en este pozo de oscuridad es el apoyo de las administraciones, tanto de la Central como de la Autonómica, apoyos firmes, con medidas estructurales y de base. La ruina de agricultores y ganaderos dura tantos años que ya no tenemos más capacidad de aguante. Los bolsillos de los agricultores están vacíos, y vemos complicado el seguir cultivando, porque ya no hay de donde sacar. No hay dinero y no hay ahorros.
Ante esta situación no nos queda otro remedio que salir a la calle y manifestarnos en contra de la política en materia de agricultura del Gobierno Central. La cita será el próximo viernes, 30 de octubre a las 11.00 horas. Desde la sede de ASAJA, situada en la calle Pintor Lorenzo Casanova, 62, recorreremos las principales calles de la ciudad hasta llegar a la plaza del Palacio de Justicia, en Benalua, y allí interpondremos una denuncia al Gobierno por inactividad de la Administración y solicitaremos el amparo de la justicia por el abandono de Zapatero. Y es que, esto, ni más ni menos, es lo que hace nuestro Gobierno, omitir nuestros problemas, dejarnos tirados en la cuneta, abandonarnos a nuestra suerte y mostrarnos un futuro desesperanzador, o mejor, desolador.
Mientras el coste de la vida sube, el precio de los productos agrícolas baja. Cuando perdamos nuestras hortalizas, nuestros cítricos, nuestra fruta, cuando dejemos a los ganaderos en la calle tendremos que importar productos de otros países. La que históricamente ha sido la despensa de Europa se encuentra al borde de su extinción. Y si esto ocurre, tendremos que adquirir los productos alimenticios fuera de nuestras fronteras, lo que provocará que alcancen unos precios desorbitados para el consumidor. Hecho que no debemos permitir. La sociedad tiene que comprender que el productor tiene derecho a vivir de su trabajo, igual que un señor que está en una fábrica y cobra un sueldo correspondiente a su labor, igual que un constructor, un mecánico. Todos los sectores de la sociedad ponen precio a lo que fabrican ¿Por qué al agricultor el precio se lo establecen otros? Y es que, con lo que pagan los consumidores hay suficiente para que cada uno se lleve lo que se tiene que llevar, para que haya justicia en el mercado y para que se mantenga el empleo en el sector agrario. Pero el único que soporta la bajada de los precios es el agricultor y el ganadero, ya que el resto (distribución, industria y logística) mantienen sus beneficios a nuestra costa.
Además, si la agricultura desaparece se romperá la economía en España, porque el sector agrícola es el sector que mantiene el empleo, y tendrían que cerrar multitud de filiales de empresas múltiples que dependen directamente de esta actividad. Se quedarían en la calle millones de trabajadores, fabricantes de todo tipo de industrias, como fabricación y suministros de elementos de riego, cajas, embalajes, abonos, almacenes, manipulación de productos, pesticidas… El transporte sería uno de los sectores más afectados encontrando una ruina segura si la agricultura desapareciera. La agricultura no pierde empleo porque constituye una maraña de empresas trabajando exclusivamente para el sector. Si desaparecemos los efectos colaterales serían catastróficos y miles de empresas se irían a pique junto a nosotros, dejando al país sumido en la miseria.
Agricultores y ganaderos, nos encontramos frente a la mayor crisis de la historia. Este SOS es desesperado. Pedimos, mejor, exigimos “Dignidad y Justicia para el campo alicantino”, una estabilidad de precios ¡YA!, y una política hídrica que deje de perjudicarnos. Porque nosotros queremos ser personas dignas, pero también queremos vivir de nuestro trabajo, únete a nosotros y ven a la manifestación convocada por ASAJA Alicante. Ayúdanos a salvar un sector fundamental en nuestra provincia. No formes parte de aquellos que colaboran en engrosar las listas del paro y en llevar a nuestro país a la ruina.
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