El hombre occidental desciende de los primeros agricultores del Oriente Próximo que llegaron a Europa hace 10.000 años. Así lo ha puesto de manifiesto una investigación llevada a cabo en la Universidad de Leicester y cuyos resultados se han publicado en la revista PLoS Biology.
La invención de la agricultura ha sido el mayor cambio cultural en la historia de la humanidad. Supuso la obtención de una mayor cantidad de alimentos y en consecuencia, el crecimiento de población, que comenzó a hacerse sedentaria y crear población a diferencia de lo que hacían sus predecesores, los cazadores, que eran nómadas.
Los investigadores estudiaron la diversidad del cromosoma Y, que se transmite del padre a los hijos varones. Se centraron en el linaje del cromosoma Y más común en Europa. Sigue un gradiente desde el sureste al noroeste, alcanzando casi el 100% de frecuencia en Irlanda. Los resultados sugieren que el linaje se propagó junto con la agricultura desde el Oriente Próximo.
El estudio ha mostrado que más del 80% del cromosoma Y europeo desciende de los agricultores que llegaron de Oriente Próximo. En contraste, el linaje genético materno desciende de las cazadoras-recolectoras. Parece que cuando los hombres agricultores de Oriente llegaron a Europa, desplazaron a los hombres cazadores–recolectores que ya vivián aquí y engendraron hijos con sus mujeres. Los investigadores opinan a las mujeres nativas de Europa les resultaron más «sexys» los agricultores que llegaron de Oriente que los cazadores.
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