Investigadores de la Universidad de California (UCLA) han modificado genéticamente la bacteria de cyanobacterium para que sea capaz de consumir dióxido de carbono y producir isobutanol, que podría ser una alternativa a la gasolina. Para realizar dicha transformación es precisa, únicamente, la luz solar como fuente de energía.
Este nuevo método presenta dos ventajas. Por un lado, consume dióxido de carbono con lo que se reducen las emisiones de efecto invernadero. Por otro, usa energía solar, con lo que puede usarse en las actuales infraestructuras de energía, incluyendo los automóviles.
Además, a diferencia de la producción de biocombustible, no precisa la destrucción de biomasa ni ningún proceso de refinado intermedio, por lo que resulta más eficiente y barato.
Aunque la bacteria puede producir isobutanol directamente, si se usa un catalizador químico para transformar gas isobutiraldehyído en isobutanol, el proceso es más eficiente.
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