Un 25% de las cerdas pueden tener una camada de menor tamaño en la segunda gestación, si no se ha realizado un buen manejo en la primera lactación. El peso al que llega la reproductora cuando se desteta a sus lechones va a influir en sus siguientes gestaciones. Si el peso es menor de 150 kg, en la siguiente gestación tendrá 1,2 lechones menos en su camada, pasando de 11,1 a 9,9 lechones. El efecto que se irá repitiendo en las sucesivas gestaciones por lo que la cerda será sacrificada antes que al resto, de acuerdo con la exposición realizada por el Dr. Kemp del Grupo de Ciencias Animales de la Universidad de Wageningen (Holanda) en una jornada organizada por la interprofesión de porcino del Reino Unido.
Según el Dr. Kemp hay que evitar sobrealimentar a la cerda primípara al final de la gestación, ya que esto puede conducir a menores ingestas durante la lactación y a un aumento de la mortalidad de los lechones..
Recomienda un aumento progresivo de la cantidad de alimento que se proporciona a la cerda. Empezando por 2 kg de alimento al día, durante la primera semana tras la cubrición, hasta llegar a una alimentación ad libitum. De esta manera se puede incrementar el tamaño de la camada en 2,5 lechonres de 10,4 a 12,9.
El exceso de alimentación en primíparas durante los 10-14 días primeros de la gestación puede conducir a un aumento de un 10% en la mortalidad embrionaria.
En el caso de cerdas que ya han parido, aumentar el alimento de 2,5 a 3 kg/día durante las fases iniciales de la gestación puede llevar a un aumento del tamaño de la camada de 13,2 a 15,2 lechones y a un incremento del número de lechones nacidos vivos de 12,6 a 14,3 lechones. Sin embargo, se ha constatado que la tasa de cubrición se reducía de un 90 a un 77% desde la primera inseminación
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