Tal como venía denunciando ASAJA en los últimos años, el afán por vender más y utilizar como gancho un producto de primera necesidad como es el aceite de oliva, unido al escaso control desde la Administración al sector envasador y especialmente al distribuidor ha dado alas a que determinadas marcas, presionadas por las exigencias de precio que les fija la distribución hayan colocado en el mercado mezclas de aceites de oliva de distintas categorías y por tanto de menor precio, bajo la etiqueta de aceite de oliva virgen extra, utilizando de manera indebida esta etiqueta reservada para el producto estrella de la olivicultura, la categoría de mayor calidad en la clasificación de los aceites, que procede exclusivamente del “zumo de la aceituna” extraído mediante procedimientos mecánicos.
Esta práctica supone un engaño en toda regla al consumidor, que se lleva a su casa un envase cuyo contenido no coincide con lo que marca la etiqueta. Se trata en cualquier caso de aceites perfectamente aptos para el consumo, pero de una calidad inferior al que marca su etiquetado.
Desde ASAJA-Sevilla rechazamos totalmente estas prácticas, que hemos puesto reiteradamente en conocimiento de la Administración y, en concreto de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, que con gran temeridad, y en una muestra más de su habitual dejación de funciones, ha dejado correr el tiempo y ha hecho oídos sordos a nuestras advertencias en defensa de nuestro producto estrella.
Esta práctica irregular, derivada de la presión comercial a la que están sometidos los envasadores, perjudica a todo el sector y especialmente a los olivareros, que llevan tres campañas produciendo por debajo de costes, en gran parte debido a esa guerra comercial de precios bajos entablada por las grandes superficies y de la que este sector es uno de los principales damnificados. Tal como le hemos demostrado a la Comisión Nacional de la Competencia, quien también en este caso, ha decidido mirar para otro lado, y ha dado carta de legalidad a esta práctica.
Desde ASAJA-Sevilla exigimos a la Administración que ponga inmediatamente en marcha un Protocolo de Actuación que refuerce y establezca controles con carácter permanente, tal como ocurre ahora con los vehículos, que tienen que pasar la preceptiva ITV, e incluso que establezca controles sorpresa, tal como hace la Guardia Civil de Tráfico con los controles de alcolemia; asimismo, exigimos a la Administración que incremente la cuantía de las sanciones para que supongan un escarmiento a los infractores y tengan un verdadero carácter disuasorio.
Asimismo, desde ASAJA-Sevilla exigimos a la Consejería de Agricultura que de a conocer los nombres de las empresas infractoras, sobre las que debe caer todo el peso de la ley, y que lo haga además con urgencia, para evitar manchar el buen nombre de todo un sector que ocupa en Andalucía a más de 230.000 agricultores, a más de 800 cooperativas y almazaras y del que dependen más de 600 municipios en nuestra región.
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