Coincidiendo con la publicación de la Encuesta de Población Activa (EPA), la Federación Agroalimentaria de UGT, analiza en su Boletín de Indicadores Económicos de la Industria Alimentaria correspondiente al IV trimestre de 2010. Los datos del mismo revelan que en 2010 la ocupación en la industria de la alimentación creció razonablemente (3,13%) y el paro a su vez se redujo de manera considerable (un 12,14%). Esta Federación ante estos datos reivindica un mayor apoyo desde las Administraciones Públicas, ya que esta industria ha demostrado ser estratégica en el mantenimiento del empleo, el crecimiento económico, y el desarrollo rural entre otras cosas.
Según la EPA del IV trimestre de 2010, la ocupación general presenta una caída anual del 1,27%. Por el contrario, la industria alimentaria presenta un crecimiento anual de 14.000 personas, que se traduce en un aumento del 3,13%. Comparando las cifras del último trimestre de 2009 y del último de 2010, el crecimiento de la ocupación se sitúa cerca del 4%.
Si bien es cierto que la ocupación en la industria alimentaria presenta un crecimiento tanto trimestral como anual, hay que destacar que el crecimiento no es generalizado, ya que respecto al año anterior, la industria del tabaco pierde el 11,43% de su ocupación y la ocupación femenina, que representa el 35,97% del total de ocupación en esta industria, presenta una leve caída anual del 0,6%.
Según la misma fuente, el número de personas desempleadas en la economía general ha llegado a los 4.696.600 de personas, de las cuales 51.400 pertenecen a la industria alimentaria (1,09%).
Respecto al tercer trimestre de 2010 el desempleo sigue creciendo en la economía general un 2,66%, mientras que en el sector industrial presenta una caída del 7,17%. Por el contrario en la industria alimentaria, se registran 3.400 desempleados más que el trimestre anterior, lo que significa un crecimiento del desempleo en la industria alimentaria del 7,08%.
Sin embargo, estos datos negativos en el corto plazo, son más favorables si se consideran los datos anuales globales entre 2010 y 2009. Mientras la EPA registra un aumento del desempleo general del 8,55%, el sector industrial reduce el mismo en un 33,66% y la industria alimentaria con 7.100 parados menos, lo hace en un 12,14%.
Por tanto, ante estos datos, la Federación Agroalimentaria considera que en 2010 la ocupación en su industria creció razonablemente (3,13%) y el paro a su vez, se redujo de manera considerable (un 12,14%). Por tanto, considerando los datos anteriores, para el secretario de Política Agraria, Sebastián Serena, “no cabe duda de que una vez más, la industria alimentaria muestra su solidez a pesar de la crisis, pues no solo experimenta un descenso del desempleo, también aumenta el porcentaje de ocupación respecto de 2009”.
Además de lo anterior, la industria de la alimentación continúa siendo uno de los pocos sectores que presenta una balanza comercial positiva. Según los datos del ICEX en septiembre de 2010, las importaciones al mes señalado se situaban en un 5,44%, mientras las exportaciones estaban en el 9,9% por encima del mismo mes de 2009.
Efectivamente, el aumento de las exportaciones, junto con otros factores como el aumento del consumo y recuperación de la confianza, pueden ser una de las claves fundamentales para que se den buenos resultados en los indicadores de la industria alimentaria. No en vano y por subsectores, habría que destacar que, según el ICEX, a noviembre de 2010, el subsector de panaderías y otros exportó un 15,34% más que en noviembre de 2009, el subsector de grasas y aceites un 19,39%, y el lácteo fue el que más creció con un 26,54%.
Por tanto, los datos de la industria alimentaria, en estos momentos donde la crisis en nuestro país, tanto en términos de producción como de empleo, revelan que no acaba de iniciar un camino de recuperación al igual que otros países del entorno de España, cobra una importancia fundamental para nuestra economía. La producción y fabricación de alimentos en España es un sector estratégico para la recuperación económica, para la creación de empleo estable y para la consecución de la tan ansiada economía sostenible.
Por todo esto, la Federación Agroalimentaria de UGT afirma no entender que la industria agroalimentaria no perciba de las Administraciones Públicas el apoyo necesario. Si bien es cierto que el Ministerio de Industria en el PIN 2020 la incluye como un sector estratégico en el mismo, a la hora de desarrollar medidas y contemplar sus necesidades, obvia sus prioridades, tales como los abusos en las relaciones comerciales o la falta de voluntad para crear el observatorio del la industria agroalimentaria con la participación de este Ministerio, el de MARM y los agentes sociales del sector.
La Federación considera inaudito que, a una industria que demuestra su estabilidad, que ya ha acreditado su importancia en el desarrollo rural, que desempeña un papel fundamental en el medio ambiente, etc., no cuente con el apoyo explicito de las Administraciones Públicas para consolidar su crecimiento y que con ello, se creen mayores estándares de calidad de los productos fabricados y del empleo que genera.
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