Entre 2007 y 2009, solo tres grupos de productos de los 22 analizados han reducido su nivel de acrilamida. Dichos productos son galletas saladas, galletas infantiles y pan de jengibre. Por el contrario, los niveles han aumentado en pan tostado y café instantáneo. En el resto de productos los niveles de acrilamida no han variado. Así se ha puesto de manifiesto en un informe presentado por la Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos (EFSA) sobre niveles de acrilamida en alimentos. Dicho informe se ha elaborado en base a los datos proporcionados por los Estados miembro entre 2007 y 2009.
Los mayores niveles de acrilamida se han detectado en patatas fritas y en los sustitutos de café, incluyendo las bebidas a base de cebada y achicoria. La mayor exposición de acrilamida fue debida a diferentes productos según la edad de la persona. Así, en adultos, la mayor exposición fue debida a las patatas fritas, café y pan de molde. Por el contrario, en el caso de adolescentes y niños, los mayores responsables de la exposición a este compuesto fueron las patatas fritas, galletas y pan de molde. La exposición estimada para estos grupos de edad fue comparable a la previamente reportada en Europa por informes de la FAO/OMS en 2005 y 2010.
La acrilamida es un compuesto químico que normalmente se forma en los alimentos amiláceos durante su cocción a altas temperaturas, al ser fritos, horneados o asados. Puede tener efectos cancerígenas y genotóxicos (es decir, puede causar daños al material genético de las células). A raíz de una recomendación de la Comisión Europea en 2007, los Estados miembros deben llevar a cabo el seguimiento anual de los niveles de acrilamida y enviar los datos a la EFSA para la evaluación y elaboración de un informe anual.
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