Tras el alivio de conocer lo que Asaja Málaga lleva defendiendo desde que saltó la alarma de los pepinos contaminados, llega la hora de estudiar minuciosamente los enormes daños que la imprudencia de la senadora alemana ha provocado en el campo malagueño. Técnicos de Asaja Málaga están haciendo recuento explotación por explotación y aunque aún quedan fincas por analizar, los primeros datos apuntan a que las cerca de 11.000 hectáreas de productos hortícolas que hay en la provincia, de las que viven unas 4.000 familias, arrojan unas pérdidas que superan ya los 6 millones de euros. Y es que, como se sabe, los daños en pepino han salpicado también a una interminable lista de productos como son los tomates, la berenjena, el calabacín, el pimiento, la lechuga…
A esta cifra hay que añadir los daños que se han provocado a los productores de patata. Como se recordará, el sector de la patata, aunque nada tenía que ver con la E.coli que ha ocasionado el brote infeccioso en Alemania, ha sufrido daños colaterales muy importantes ya que los productores malagueños han visto cómo su producto ha sido vetado en muchas fronteras europeas. En Málaga hay unas 2.200 hectáreas de patatas, pero aún es pronto para estimar cuántas de ellas han visto mermadas sus exportaciones. Asimismo, ayer nos llegaba la noticia de que Rusia había cerrado sus puertas al limón malagueño y que Estados Unidos había empezado a exigir aún más requisititos a los citricultores del Guadalhorce, unas pérdidas que tampoco están aún cuantificadas. Los productores de frutas de hueso han visto reducido sus pedidos de manera importante y el recuento de daños se prevé largo.
“Estamos comprobando la magnitud de los daños. El perjuicio es enorme, porque la alarma tan brutal que han originado en Alemania ha afectado a tantísimos productos que no sabemos cómo se va a restaurar este daño. Además, a los daños objetivos hay que sumar otros que aún no sabemos cómo cuantificar, el daño que se ha hecho a la imagen del producto malagueño y andaluz ha sido gigantesco. Ganarte la confianza de los mercados internacionales, donde estábamos muy bien posicionados, es una ardua tarea de años. Y en cinco días todo ese trabajo se ha ido al traste”, se lamenta el presidente de Asaja Málaga, Carlos Blázquez.
Además, Asaja Málaga critica que se haya señalado sin escrúpulos, con nombre y apellidos, a una empresa malagueña, Frunet, como posible foco de la infección y ahora que se sabe que dicha empresa no ha tenido nada que ver en el contagio, caiga en el olvido. Las autoridades españolas parece que hoy se van a pasear por Almería y otros lugares afectados, mientras que el distribuidor malagueño queda desamparado. “Estamos en permanente contacto con ellos, el viernes darán una rueda de prensa en Alemania para restaurar su imagen, han pedido apoyo a la Embajada en la comparecencia ante los medios germanos y se la han denegado”, comenta Benjamín Faulí, técnico de Asaja Málaga que ha gestionado la crisis de los pepinos directamente desde Bruselas con las autoridades comunitarias.
Asaja Málaga ha pedido en la Comisión Europea que se revise el sistema actual para que nunca más ningún país pueda verter sobre otro sospechas infundadas y genere una crisis como la que está soportando el agro español. Asimismo, quiere hacer un llamamiento a los consumidores para que continúen incorporando a su dieta los productos hortícolas malagueños y almerienses sin ningún tipo de temor. “Como queda demostrado, la calidad de nuestros productos es incuestionable. Los controles que tienen que superar nuestros agricultores son unos de los más fuertes y seguros de Europa”, insiste Carlos Blázquez.
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