Presentar una iniciativa ciudadana europea es posible desde el domingo 1 de abril. Los ciudadanos tendrán así el derecho de presentar una petición legislativa formal a las instituciones de la UE sobre cualquier asunto que sea de su competencia, y siempre que la iniciativa tenga el apoyo suficiente.
Además de ser «una iniciativa genial» -en palabras del presidente de la Eurocámara, Martin Schulz- la propuesta dotará a la UE de una herramienta muy importante para la democracia participativa directa, única en el mundo y fruto de una década de progresos y negociaciones.
¿Cómo funciona?
Para que una iniciativa sea considerada válida y pueda ser examinada por la Comisión Europea será necesario recoger un millón de firmas -procedentes de personas mayores de edad de siete nacionalidades distintas- y que la propuesta se refiriera a un tema sobre el que esta institución tenga competencias (como es el caso de los procesos de adhesión, el medio ambiente, la agricultura, el transporte o la salud pública, por ejemplo).
Las firmas deben haberse recogido por una comisión de al menos siete ciudadanos de mínimo siete Estados miembros -la cuarta parte de los Estados de la UE- y en el periodo de un año. La recogida de firmas se puede hacer electrónicamente a través de una herramienta proporcionada por la Unión Europea, y siempre que estas firmas sean validadas por los Estados miembros de acuerdo con sus propias normas y procedimientos.
Hito en la democracia participativa
El Vicepresidente del Parlamento Europeo a cargo de este nuevo mecanismo de democracia participativa, el griego Georgios Papastamkos (PPE), declaró: «El establecimiento de las Iniciativa ciudadana europea es un instrumento innovador de participación. Suscitará probablemente grandes expectativas por parte de la opinión pública europea, aunque su impacto en la función legislativa de la UE sigue es aún impredecible».
«En todo caso, esta iniciativa contribuirá a la creación de una esfera pública europea que permitirá una construcción ascendente, de abajo a arriba, de la Unión Europea. A la Eurocámara debemos agradecer además que dicha iniciativa sea hoy más personalizada, menos burocrática y fácil de ejercitar para el ciudadano», comparada con la propuesta inicial de la CE.
Por su parte el francés Alain Lamassoure (PPE), co-ponente de la iniciativa, se congratuló de su entrada en vigor y opinó que de que el texto entre en vigor y cree que «el verdadero objetivo de este procedimiento es el ciudadano común que actualmente no sabe cómo elevar su voz y propuestas en Europa: Los estudiantes de Erasmus que descubren después que el reconocimiento recíproco de los diplomas no funciona, los trabajadores transfronterizos víctimas de la doble imposición de impuestos, los ciudadanos pioneros de la causa europea que por vivir, casarse o trabajar en un Estado vecino diferente al suyo sufren constantes obstáculos en su vida cotidiana. Acabamos de abrir una enorme caja de pandora».
Zita Gurmai (S&D) húngara y tercera co-ponente de este mecanismo, aclaró que «el deseo latente detrás de esta iniciativa es reducir la creciente brecha entre las instituciones europeas y sus ciudadanos, lo que les permitirá participar en el proceso legislativo y fomentar el debate público. Se trata de una oportunidad única para nosotros, los ciudadanos comunes, para expresar nuestras preocupaciones, a través de una herramienta accesible para todos».
Iniciativa aceptada
Una vez que la iniciativa haya sido recibida y declarada válida o «admisible» por la Comisión, los promotores deberán detallar a esta institución la iniciativa. Posteriormente, deberán presentarla en una audiencia pública en el Parlamento Europeo. A partir de entonces, la Comisión tendrá tres meses para anunciar formalmente su decisión y los motivos.
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