La propuesta del sector vitivinícola francés de plantear un cambio en la normativa comunitaria que regula la definición de brandy supondría un perjuicio para el sector español y riojano, porque generaría excedentes en el mercado de vino nacional y porque dificultaría la salida de los subproductos del vino con destino a la destilación.
El cambio propuesto, que también ha sido apoyado por los productores de Vino de Oporto, defiende el uso de hasta un 50% de destilado de subproductos y alcoholes de origen distinto al del vino, para la elaboración de los brandys, frente a la reglamentación actual, que obliga a que el 100% sean destilados de vino.
De producirse estos cambios, las consecuencias para el sector vitivinícola español podrían ser muy negativas, teniendo en cuenta que de la cosecha media española de vino (en torno a los 40 millones de hectolitros) entre 4 y 6 se destinan anualmente a la destilación para la elaboración de bebidas espirituosas, entre ellas, el brandy, y la reducción de estas cantidades podría provocar excedentes de vino en el mercado.
Asimismo, las bodegas y cooperativas españolas y riojanas tendrían dificultades para dar salida a los subproductos del vino (orujas, lías, etc) que actualmente se utilizan para la elaboración de destilados, ya que los elaboradores comprarían productos más baratos y de peor calidad.
ARAG-ASAJA solicita al Ministerio de Agricultura la defensa de la continuidad de la normativa actual en torno a esta materia, apoyo que ya ha sido expresado por países miembro de la Unión Europea, como Italia.
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