La Cabra Pirenaica ha sido, hasta ahora, una raza de producción cárnica exclusivamente. Sin embargo, ya se está comercializando queso elaborado con leche de esta cabra, fabricado en el Valle del Baztán (Navarra), y dos ganaderos de Cataluña están realizando pruebas en este sentido, según recoge la página web de FEAGAS.
La evolución de la Cabra Pirenaica y de la actual Asociación de Criadores de Ganado Caprino de la Raza Pirenaica ha sido grande. El más importante, cuando en 2012 se decide dar ámbito estatal a la Asociación, que pasa a tomar la denominación actual, quitando el adjetivo “Aragonesa”, incorporándose entonces socios de otras CCAA. Ahora hay criadores en Aragón, Castilla y León, Cataluña y Navarra.
Tanto el censo como el número de socios va incrementándose:
– En 2014: 1.882 reproductores y 35 explotaciones (25 en Aragón, siete en Cataluña, dos en Navarra y una en Castilla y León).
– 2013: 1.572 reproductores y 24 explotaciones (22 en Aragón, una en Cataluña y una en Castilla y León).
A partir de aquí, las ganaderías estaban solo en Aragón.
– 2012: 1.657 y 23.
– 2011: 1.581 y 22.
– 2010: 1.473 y 22.
– 2009: 1.217 y 21.
– 2008: 1.147 y 19.
– 2007: 1.076 y 18.
– 2006: 909 y 22.
– 2005: 813 y 20.
– 2004: 721 y 20.
– 2003: 496 y 14.
– 2002: 452 y 11.
– 2001: 380 y 10.
Hay que apuntar también el gran interés por compra de reproductores desde las Comunidades del Norte peninsular, desde Galicia a País Vasco y Cataluña.
LA ASOCIACION
ARACRAPI (Asociación Aragonesa de Criadores de Ganado Caprino de Raza Pirenaica) se constituye en el año 2000, de la mano de unos pocos ganaderos del Pirineo de Huesca preocupados por la dramática situación que presentaba la raza y con los fines de evitar su definitiva extinción, fomentar su cría en pureza y buscar la promoción de sus productos tradicionales.
En el año 2006, el Gobierno de Aragón publica el Decreto 48/2006, por el que se crea el Libro Genealógico de la Raza Caprina Pirenaica y se reconoce a ARACRAPI como Asociación gestora del mismo, lo que constituye un hecho fundamental para la conservación, gestión y mejora de esta raza caprina y, en definitiva, para asegurar su supervivencia.
ARACRAPI empezó su trabajo con 10 socios y 380 cabezas. Tras 11 años de trabajo, el número de socios se ha doblado pero el censo inscrito en el Libro Genealógico se ha multiplicado por cuatro, lo que demuestra la apuesta y el interés de nuestros ganaderos por la raza.
El censo se concentra en el Pirineo de Huesca, especialmente en la Comarca del Sobrarbe, que cuenta con el 60% de las explotaciones y el 46% del censo. En las restantes comarcas del Pirineo (Jacetania, Alto Gallego y Ribagorza) se encuentran el 32% de explotaciones, con el 37% del censo. Dos explotaciones están situadas en Zaragoza y Teruel, con un censo del 4% y del 13%, respectivamente. La explotación con mayor número de efectivos se encuentra en la Comarca de la Ribagorza, con 242 cabezas.
LA RAZA
Es una raza eumétrica (peso medio), longilínea (proporciones alargadas) y de perfil frontonasal recto. La alzada media a la cruz es de 74 cm. en las hembras y 77 cm. en los machos.
Presenta cabeza grande y fuerte, con orejas de tamaño medio, móviles y de inserción horizontal. Encornaduras potentes, en forma de hoz en las hembras (se admiten hembras acornes) y en tirabuzón en los machos, que deberán ser siempre armados y con los cuernos bien dirigidos hacia arriba (candeleros).
El tronco debe ser largo y bien desarrollado, con costillares arqueados y líneas dorsal y ventral rectas y paralelas. Las ubres deben ser recogidas, globosas y con buena inserción. Extremidades finas pero fuertes y buenos aplomos.
La capa típica de la raza es la franciscana (negra con franjas en la cara y partes ventrales blancas), aunque también se admiten las capas berrenda y cárdena (grisa).
Es deseable el pelo largo (exigible en los machos) y es habitual la presencia de perilla y mamellas en ambos sexos.
ORIGEN
La Cabra Pirenaica constituye una raza autóctona aragonesa, con una distribución principalmente pirenaica y orientada exclusivamente a la producción de cabritos lechales. Antiguamente estuvo ampliamente extendida por el Pirineo y la Cordillera Cantábrica, pero en la actualidad ha quedado relegada a unos pocos enclaves del Pirineo de Huesca.
Está considerada como el mejor exponente del Tronco Pirenaico, cuyo origen sería una forma primitiva centroeuropea, la Capra aegagrus, y que ocupó históricamente los sistemas montañosos del norte de la Península Ibérica.
Otras razas españolas descendientes del Tronco Pirenaico son la Guadarrama, Moncaína y Azpi-Gorri. Importantes razas europeas están emparentadas con este Tronco Pirenaico, como la Poitevine francesa, Thuringian alemana y Toggenbourg y Grisonne suizas.
SITUACION ADMINISTRATIVA
Pese a que la Raza Caprina Pirenaica ha sido profusamente citada desde la bibliografía zootécnica más clásica (Sansón, 1903; Aparicio, 1947) e incluida siempre en los listados nacionales e internacionales de razas de ganado, ha recibido muy poca atención por parte de las administraciones, técnicos y criadores. Todo ello puede constatarse en la vaguedad de los censos oficiales (apareciendo incluso como “Raza de Fomento” en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado desde 1979 hasta 1997), en su falta de selección productiva y en los intensos cruzamientos que han sufridos sus poblaciones, que la han colocado en una situación censal crítica.
El Catálogo Oficial de Razas Autóctonas Españolas editado por el MAPA, en su Volumen I dedicado a las especies Ovina-Caprina (Estéban y Tejón, 1986) determina un censo para la Raza Pirenaica de casi 50.000 cabezas y realiza una caracterización morfológica y productiva de la misma. También en 1986, SERGA establece un censo de 63.192 hembras y 2.367 machos de la raza.
Sierra Alfranca (1987) subraya su potencial productivo y su rusticidad, y establece un censo en Aragón de unas 10.000 cabezas, pero incidiendo en la tendencia negativa en el número de efectivos, los muchos cruzamientos que soportaba la raza y la necesidad de trabajar en su selección y recuperación.
En 1997, el MAPA (Real Decreto 1682/97) reconoce el riesgo en que se encuentra la Raza Pirenaica y la incluye en el apartado de Razas Autóctonas de Protección Especial en la modificación que se hace del Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España.
En Francia, la Raza Caprina Pirenaica está considerada en peligro de extinción aunque goza de un programa de conservación coordinado por el INRA de Toulouse y el Institut de l’Elevage. En 1993, el Institut de l’Elevage determina la existencia de apenas un millar de cabezas, dispersas por el Pirineo central y occidental, bajo la grave amenaza de la “alpinización” o absorción por la Raza Alpina Gamuzada (Audiot, 1995). En 2009, el Conservatoire du Patrimoine Biologique Regional de Midi-Pyrénées aporta la cifra de 2.800 hembras y 220 machos en 185 ganaderías.
En España, la raza Pirenaica sólo está reconocida oficialmente en Aragón, cuyo Gobierno ha aprobado su Libro Genealógico y su Prototipo Racial. Sin embargo, ARACRAPI recibe todos los años numerosas peticiones de ganado de otras áreas donde antes tuvo presencia la raza, como Cataluña, Navarra, País Vasco, Castilla-León,… e incluso Galicia, lo que indica la existencia de un interesante potencial de crecimiento.
PRODUCCIONES
La Raza Pirenaica está muy adaptada a la vida en las duras condiciones de las montañas del norte peninsular, donde los rebaños pastan libres gran parte del año, soportando el frío, la lluvia y la nieve.
En la actualidad, se cría por su producción cárnica, concretamente de cabritos lechales destinados al mercado navideño de 8 a 10 Kg. de peso vivo y edades entre 35 y 45 días. Presenta una fertilidad (superior al 93%) y prolificidad elevadas (180% en hembras adultas).
El manejo de la raza es muy extensivo y, generalmente, los ganaderos sólo hacen una paridera al año. La mayoría de los rebaños se crían en condiciones de semilibertad, viviendo libres en la montaña durante gran parte del año, bajo la periódica supervisión de los propietarios para aportar sal, control sanitario, cambio de pastos, incorporación de machos,…
Durante el período de cría (de octubre a enero), gran parte de los rebaños permanecen estabulados. También hay rebaños mixtos de ovino-caprino que llevan un manejo menos extensivo.
Este sistema de cría entraña un elevado riesgo de bajas y pérdidas de animales y de ataques de predadores y perros asilvestrados. Por ello, ARACRAPI lleva varios años ayudando a sus socios con la incorporación de mastines de protección de los rebaños y, más recientemente, con la localización del ganado mediante dispositivos GPS.
Son característicos de la raza los chotos, crabons o crestons, machos castrados que, provistos de grandes esquillas (trucos o cuartizos), son utilizados como guías de los rebaños, y que décadas atrás eran símbolo del poderío y orgullo de las casas ganaderas. Fuente: FEAGAS
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